Necesitamos tener plantas a nuestro alrededor, no solo porque proporcionan oxígeno, también porque dan color y a veces también aromas a nuestra vida diaria. Pueden ofrecer una experiencia estética de primer orden y otorgan armonía y equilibrio a nuestro hogar, sin importar si están en el jardín, en el balcón o en macetas en el interior de la vivienda.
Aunque no son tan exigentes como las mascotas, las plantas necesitan una mínima atención, que va más allá de regarlas. Hay que limpiar sus hojas de vez en cuando y especialmente mejorar la calidad de la tierra, que es por donde la planta absorbe los nutrientes (hablar con ellas o no ya es otro asunto).
Un componente que habitualmente desechamos y que es excelente para las plantas
Si preparas arroz con frecuencia y no utilizas la técnica de dejar que el agua se incorpore por completo, sino colar el grano: ¡no tires el agua! Es un fertilizante natural que tus plantas van a agradecer.
Mark Curran es jardinero y fundador de Heavenly Orchids, un libro sobre orquídeas y también un boletín informativo dedicado al cuidado de estas, y es uno de los que recomienda el uso del agua de arroz, especialmente cuando las plantas se encuentran en período de floración:
“El agua de arroz es un fertilizante orgánico muy bueno. Contiene trazas de nitrógeno, fósforo y potasio, así como almidones que alimentan las micorrizas beneficiosas de las raíces”.
En el caso de las orquídeas, los almidones y los minerales fortalecen las raíces y ayudan a crecer las espigas florales, propiciando así flores más grandes y saludables.
Cómo hacer del agua de arroz un fertilizante orgánico
No es necesario esperar el momento de la comida para aprovechar el agua, también se puede echar un puñado de arroz en dos tazas de agua y dejar en remojo durante unos 30 minutos.
En este sentido, se considera mejor el agua que se utiliza en la cocción, con mayor cantidad de nutrientes. Es importante tener cuidado de no echar sal al agua, porque terminaríamos haciendo más daño que bien a las plantas.
También hay que usar el agua una vez que se ha enfriado (parece obvio, pero no está de más recordarlo), y si no se va a usar de inmediato guardar el agua en la nevera, o en un lugar fresco y oscuro.
Dejar el agua expuesta al sol hará que pierda gran parte de sus nutrientes y que comience a tener mal olor. Lo mejor es conservarla durante una semana y luego mezclarla en igual proporción con agua fría, para poder rociar las plantas, si es para orquídeas, o directamente en el suelo en el caso de que se utilice para otras plantas.
Otros elementos de la cocina que funcionan como fertilizantes naturales
Otro elemento que desechamos con frecuencia, y que es un fertilizante natural, es la cáscara de plátano. Esta parte del plátano contiene calcio, potasio, magnesio y fósforo. El producto se puede hacer llegar a las plantas haciendo primero una infusión, que también es recomendada para las personas (por el aporte de magnesio y su efecto relajante), y una vez que esté fría regar con ella.
De la misma forma, está la harina de trigo, cada vez más cuestionada por el aumento del número de personas celíacas, pero que puede aportar a las plantas hierro, calcio, potasio, magnesio, selenio y zinc. También aporta vitaminas A, B1, B2 y D, que harán que estas crezcan más rápido y saludables.
La harina de trigo se puede esparcir alrededor de las plantas, o enterrar cerca de las raíces una cucharada, para que no se la lleve el viento o atraiga insectos.
