Durante décadas, las latas de conserva han sido una excelente alternativa para llevar alimentos a campings o campos de batalla, pero también para guardar alimentos en las despensas antes de la invención de los refrigeradores. Incluso después, por lo costoso que podía ser la adquisición de este electrodoméstico.
Incluso actualmente, cuando las neveras están presentes en todos los hogares, los botes y latas de alimentos continúan ocupando espacio en despensas y alacenas, como una opción para comidas rápidas o de emergencia. O simplemente porque nos gusta el sabor que adoptan algunos alimentos cuando son enlatados, como las sardinas, el atún, el palmito o los champiñones.
¿Por qué no es bueno consumir con frecuencia alimentos en latas de conserva?
Traen productos deliciosos, a menudo son económicas y pueden pasar mucho tiempo en la despensa.
Sin embargo, es cada vez mayor el número de nutricionistas y médicos que recomienda no consumir muchas clases de latas de conserva, aunque también se suele hablar bien y hasta se sugiere el consumo de algunas, como las sardinas.
¿Qué sucede con los otros botes? Que utilizan distintas preparaciones para alargar la vida del producto: altos contenidos de azúcar, sodio y distintos tipos de conservantes, e incluso de componentes que están directamente relacionados con la lata. Es el caso del bisfenol A, que previene la oxidación, pero también puede propiciar la aparición de enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2 y hasta disfunción masculina.
Cuatro latas en conserva de las que es mejor deshacerse
Hay cuatro tipos de latas que deberíamos sacar de nuestra despensa, y en los que un gran número de expertos coinciden. Estos son: los botes de salsas, los melocotones en almíbar, los embutidos en lata y las latas de fabada.
Empecemos por los botes de salsas. Las salsas preparadas para pastas y otros alimentos tienen altos contenidos de sodio, azúcares y grasas no saludables. Es preferible preparar las salsas con vegetales y otros ingredientes frescos y naturales. Seguramente quedará más sabrosa.
En el caso de los melocotones en almíbar, el problema está sobre todo en el exceso de azúcar, que es el componente principal del almíbar, y en su capacidad para fomentar la obesidad y la aparición de enfermedades como la diabetes. Por lo general, las frutas son saludables, pero no cuando vienen cubiertas por tanta azúcar procesada.
Los embutidos en lata son embutidos de carne de cerdo y carne de vacuno, muy semejante a la mortadela, que durante décadas ha sido parte de la merienda de los niños, y con una fama de saludable que no tiene razón de ser.
Este producto tiene un alto contenido de grasas, mucha sal y dextrosa (un tipo de azúcar simple), y almidones y otros componentes que le han hecho sospechoso de propiciar varios tipos de cáncer.
Las fabadas en latas tampoco son aconsejables por razones similares a las del embutido, por la presencia de carnes procesadas entre los ingredientes para dar sabor a las legumbres, que han sido asociadas con la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Algunas recomendaciones
No estamos diciendo que hay que descartar todos los alimentos que vienen en latas de conserva, pero sí que hay que excluir algunos definitivamente de nuestra dieta, como los cuatro antes mencionados, y consumir los demás solo de vez en cuando.
Vale la pena tener varios de ellos en la despensa, y utilizarlos cuando haga falta, una vez que hayamos observado que la lata no presenta señales de oxidación o de abolladuras, y verificando siempre la fecha de caducidad.
Es cierto lo que dicen algunos profesionales, que siempre será más sano o menos dañino comer vegetales de una lata que una pizza u otro alimento congelado. Sin embargo, también es verdad que mucho más sano es comer la mayor cantidad posible de alimentos frescos.
