Los dos primeros meses de cada año son un período en el que reinan la culpa por los excesos de fin de año, los buenos propósitos y una serie de movimientos físicos desordenados, en gimnasios o por cuenta propia. El objetivo es el de devolvernos a una condición física que quizás nunca tuvimos, pero que este año sí la vamos a conseguir.
Como parte de esta campaña que intenta aprovecharse de la ilusión de que estamos empezando casi desde cero, porque ya estamos en febrero, combinamos dietas más o menos estrictas con rutinas de ejercicios intensas. Sin embargo, quizás estemos exagerando un poco y debamos ir con más calma.
Los primeros tres pasos, según Pablo Ojeda
Es probable que llevemos una vida saludable y equilibrada durante casi todo el año, alimentándonos de forma discreta y haciendo ejercicio, y que en diciembre nos hayamos excedido en todo, en comidas, bebidas y trasnochos, sin compensarlo con actividad física. Y por supuesto que ahora pretendamos volver de golpe a nuestra vida anterior.
Pablo Ojeda, un experto en nutrición, en entrevista reciente en Kiss FM, y posteriormente difundida a través de redes sociales como Instagram, recomienda tres pasos para volver a la normalidad después del desastre decembrino, y a la vez también comenzar a perder peso.
El primer paso consiste en volver a hidratarse. Durante las fiestas es bastante probable que hayamos reducido el consumo de agua y aumentado el de alcohol.
Esta situación debe revertirse tomando suficiente agua, sin exagerar (dejando de lado el mito de los 8 vasos o los dos litros diarios), e hidratándonos también a través del consumo de frutas y verduras.
Al hidratar nuestro cuerpo eliminamos toxinas a través del sudor y la orina, y el cuerpo se siente más saciado, con lo cual ya comenzamos a comer menos.
Pero hay que beber agua con tranquilidad, haciendo caso de las señales para saber que estamos bien hidratados, como no sentir sed, o que la orina sea entre amarillo suave y transparente.
El segundo paso es aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, que además de mejorar el movimiento intestinal, ayuda a regular la presencia de azúcar en la sangre.
La fibra presente sobre todo en vegetales forma un gel que atrapa las grasas saturadas, con lo que también contribuye a reducir el colesterol.
Los alimentos que Ojeda recomienda, ricos en fibra, son “hidratos de carbono complejos, que sean enteros, que tengan todas las partes, que sean los famosos integrales. ¿Qué pasa? Que liberan la energía muy poco a poco. Es muy sostenible en el tiempo”.
El tercer paso: hacer ejercicios, pero sin exagerar
Y finalmente debemos volver a practicar deportes y a hacer ejercicios, pero comenzando despacio, sin forzar el cuerpo y sin exagerar. Está demostrado que cuando nos exigimos demasiado desde el principio, hay mayores probabilidades de que abandonemos, o de que nos lesionemos y nos veamos obligados a dejar de ejercitarnos.
Pablo Ojeda recomienda comenzar a ejercitarse teniendo en cuenta la frecuencia cardiaca: entrenar sin sobrepasar las 120 o las 125 pulsaciones por minuto:
“Está más que estudiado, demostrado científicamente, que en ese trabajo se quema mucha más grasa que cuando hacemos trabajos de alta intensidad con el corazón a tope”.
En cuanto a la clase de ejercicio que recomienda para adelgazar, el nutricionista da más relevancia a los ejercicios de fuerza que a la actividad aeróbica constante, como el running.
“Si haces ejercicios de fuerza estás quemando en ese momento calorías, pero estás construyendo músculo. Ese músculo consume mucha energía y vas a seguir quemando a posteriori”.
Qué quiere decir esto, que incluso descansando seguiremos quemando energía.
