Es innegable decir que, en estos momentos en los cuales la tecnología ha evolucionado tanto, la conexión con el resto del mundo es constante, permitiéndonos saber qué pasa a mil kilómetros de distancia al instante. A pesar de los beneficios de esto, hay que enfrentarse a la realidad de que todo lo bueno tiene su parte mala y, en este caso, es el FOMO.
Seguro que en algún momento has oído este término, ya sea en algún medio, en las redes sociales o a un amigo o familiar tuyo, pero no sabes qué es exactamente (sobre todo porque hay muchos que lo usan con tono más humorístico que en serio). FOMO es el acrónimo de «Fear Of Missing Out» o «miedo a perderse algo», y que se emplea para definir la ansiedad que experimentan muchos al sentir que están quedando fuera de experiencias sociales, eventos o logros de otros.
Aunque el término sea nuevo o se haya popularizado mucho, el FOMO siempre ha existido. El problema es que ahora más que nunca lo sufre la gente debido a las redes sociales, en las cuales solo mostramos lo perfecto de nuestra vida, de nuestro trabajo, de nuestra familia, de nuestros amigos. Y la realidad no es así. Si te sientes mal cuando ves este tipo de cosas, es posible que sufras de esto, pero en este artículo te explicamos cuáles son los síntomas exactos y qué hacer para mitigarlo.
FOMO: qué es y por qué ahora es más importante que nunca
El término FOMO ha ganado popularidad en los últimos años, pero no es algo nuevo que haya aparecido como cuando golpeamos un piedra y sale un insecto. Este fenómeno psicológico fue descrito por primera vez en la década de los 90 por el psicólogo Dan Herman, el cual dijo que es como «una sensación de ansiedad que surge cuando se percibe que otros están disfrutando de experiencias positivas de las cuales uno está ausente».
Al igual que se ha dado más a conocer en las redes sociales, en este lugar es donde se encuentra mayormente el origen del FOMO en las personas, ya que estamos expuestos constantemente (sobre todo si nos gusta seguir a influencers) a las vidas de los demás, en apariencia perfectas. Esto hace que nos comparemos y nos sintamos insatisfechos que la realidad que vivimos a diario y, aunque sepamos que no todo lo que vemos es real, sí nos genera angustia y malestar. Este hecho afecta sobre todo a dos grupos de personas: las que tienen baja autoestima y a jóvenes y adolescentes.
En el primer caso, se debe a que ellos buscan la validación externa, algo que momentáneamente les pueden dar las redes sociales, pero también hace que «caigan al pozo de la desesperación» cuando las interacciones bajan. Para el segundo grupo, al educarles en un entorno digital, se les ha obligado a estar conectados 24/7, lo que puede generar en FOMO y que este por su lado lo haga en roblemas de ansiedad, inseguridad e incluso depresión.
Tengo FOMO, ¿cómo puedo combatirlo?
- Lo primero que debes hacer es establecer una serie de límites en cuanto al uso de las redes sociales, tanto con horarios en los que puedas consultar tus perfiles como descansos de este tipo de portales.
- Debes tratar de centrarte en tu propia vida, poniendo el foco en tus propios logros y experiencias, reflexionando sobre las cosas positivas que tienes en tu vida y que te hacen feliz.
- Sal con amigos, practica un deporte o aprende un nuevo hobby, de tal forma que tengas vida más allá de la redes sociales.
- ¡MUY IMPORTANTE! Si crees que el FOMO está afectando a tu bienestar, plantéate eliminar tus redes sociales por un tiempo y habla con un especialista que pueda ayudarte.
