La elección de nombres para los hijos suele estar influenciada por diferentes factores. Algunas familias los eligen atendiendo a la tradición familiar.
Hay nombres que se transmiten de generación en generación y muchos descendientes los mantienen como forma de mantener vivos los lazos con sus antepasados o con su historia familiar.
En otras familias, la religión juega un papel clave en la elección. Los hijos llevan nombres que aparecen en los libros sagrados. También hay quienes se inclinan por nombres clásicos o tradicionales sin más razón que esa, y otros que prefieren nombres internacionales influenciados por el cine, la música, el deporte.
Sin embargo, ninguna de estas razones ha sido el motivo de que los ocho hijos de Marta y Juan tengan nombres que empiezan con J. Tampoco es casualidad absoluta. Es claro que hay intuiciones y decisiones del momento para lograr tal coincidencia.
Marta y Juan: padres de una de las pocas familias con más de seis hijos en España
En un país en el que la natalidad disminuye y en el que las parejas piensan mucho antes de tener un hijo, el caso de Marta y Juan se destaca con un brillo especial. Tener 8 hijos transforma a esta familia en una de muy pocas consideradas «familias numerosas».
Según datos de la Federación Española de Familias numerosas, las que tienen más de seis hijos son menos de un 5% de las familias consideradas numerosas. Este es el caso de Marta y Juan.
Por si esta excepcionalidad por el número no alcanzara, otro rasgo distintivo es que los nombres de todos los hijos comienzan con J. Si se agrega el del padre, Juan, se observa que nueve de los diez miembros de la familia empiezan con J.
¿Cuál es la historia de Marta y Juan?
La historia de esta familia no es una de esas que obedecen a una planeación completa en la que todo está definido desde el primer día. La familia numerosa fue surgiendo sobre la marcha, la marcó la vida.
Lo único definido desde la unión de la pareja era que querían ser padres. María aspiraba a tener por lo menos un hijo. Juan no pensaba en números. Acostumbrado a vivir con siete hermanos, la cantidad no era un problema para él.
Juan, el primogénito, nació en el 2014, unos meses antes de que se cumpliera el primer aniversario de casados. Marta afirma que fue concebido en la luna de miel, en Hawai. Como suele ocurrir, decidieron ponerle el nombre de su papá. La primera J de los hijos.
Al año siguiente nació Jaime, el segundo hijo de la familia. Y ambos padres dicen que fue pura casualidad que su nombre comenzara con J, como su hermano. Y ya fueron dos con J. Cuestiones del azar, que siempre ocurren.
La tercer J fue la de Jacobo, que nació en 2015. Esta vez sí, al decidir el hombre eligieron el criterio de la misma letra inicial de la de los nombres de sus hermanos.
Juan y Marta tuvieron 8 varones. Cada embarazo provocaba la idea de una niña. A raíz de dos abortos espontáneos de Marta, ella llegó a pensar que era incompatible con la gestación de niñas. Pero nada científico hay que corrobore su intuición.
De cualquier manera, eso no fue importante para la pareja. A Jacobo siguieron Jorge, Javier, Julián y Joaquín, casi a ritmo de un nacimiento por año.
Hay que destacar que Marta y Juan están pensando en qué nombre elegirán si llega el noveno hijo, porque se están agotando los que comienzan con J que les gustan.
