Un nuevo estudio del Sistema Solar ha propuesto una teoría que puede revolucionarlo todo, ya que en ella se refuerza el pensamiento de de que existe un nuevo planeta oculto más allá de Neptuno. Este estudio está siendo liderado por el astrónomo Konstantin Bogytin, el cual lleva años analizando los cuerpos celestes más distantes, ha puesto en evidencia que hay perturbaciones en las órbitas de ciertos objetos transneptunianos (TNOs), los cuales son cuerpos helados situados en los bordes del Sistema Solar.
Gracias a los cálculos realizados, han visto que estas anomalías no pueden explicarse únicamente por la influencia de los planetas que ya conocemos, algo que desde luego sugiere la presencia de un nuevo planeta con una órbita aún desconocida.
La mejor evidencia hasta la fecha del Planeta Nueve
Aunque a nosotros nos pueda parecer algo novedoso, el concepto de un nuevo planeta no es reciente ya que durante años muchos científicos han abierto la posibilidad de que un cuerpo masivo influya en la dinámica de los TNOs. Hasta ahora todas las pruebas que tenían eran circunstanciales, pero el nuevo estudio de Bogytin y su equipo ha proporcionado la evidencia más sólida (por el momento) sobre la existencia de este hipotético Planeta Nueve.
El estudio al que hacemos mención se basaba en los análisis de un un grupo de TNOs cuyas órbitas presentan inestabilidad debido a la influencia gravitatoria de Neptuno. Anteriormente, estos cuerpos celestes se descartaban por su aparente comportamiento caótico, pero gracias a esta nueva visión propuesta por el astrónomo y su equipo, se tomaron como clave para entender el fenómeno.
Gracias a simulaciones computacionales, el equipo de Bogytin modeló diversos escenarios que podrían explicar estas anomalías orbitales y cuyos factores a considerar fueron la influencia gravitatoria de los planetas gigantes como Neptuno, la marea galáctica de la Vía Láctea y que el paso de estrellas cercanas podrían haber alterado las órbitas de estos objetos. A pesar de esas posibles explicaciones, el modelo que mejor explica los datos que se obtuvieron es aquel que incluye la existencia de un nuevo planeta en una órbita lejana y desconocida.
¿Cuándo se confirmará la existencia del nuevo planeta?
Si bien los datos que se tienen son bastante sólidos, el hecho es que aún no se ha podido confirmar al 100% las evidencias de la existencia de ese nuevo planeta, algo que dependerá de las observaciones futuras. Relacionado con esto, la comunidad astronómica espera con gran interés la puesta en marcha del Observatorio Vera C. Rubin en Chile, el cual poseerá un telescopio de gran potencia que comenzará a operar en los próximos años, y que será capaz de escanear el cielo con una precisión hasta ahora imposible de imaginar, lo que permitiría detectar objetos aunque estén muy distantes y débiles.
En caso de que se verifique su presencia, sería el primer planeta descubierto en el Sistema Solar desde el hallazgo de Neptuno en 1846, si no contamos con el descubrimiento de Plutón en 1930, ya que posteriormente se le reclasificó como planeta enano.
¿Qué apariencia tiene este nuevo planeta?
Una de las preguntas que nos puede rondar la mente al conocer esta noticia es el aspecto que tendría este posible nuevo planeta y, aunque por el momento todo son estimaciones, te adelantamos que sería muy diferentes a los otros planetas que ya conocemos. Su tamaño sería entre cinco y diez veces el de la Tierra, lo que lo convertiría en un planeta de tipo supertierra o minineptuno, y su órbita podría situarlo hasta 250 veces más lejos del Sol que la Tierra, por lo que la luz solar apenas le llegaría.
Todo ello haría que este nuevo planeta fuese bastante frío y que estuviese compuesto en su mayoría de hielo y gases. A pesar de esto, su masa sería suficiente para ejercer una influencia gravitatoria lo suficientemente fuerte sobre los TNOs, lo que explicaría las anomalías detectadas en sus órbitas.
