La fitoterapia es una práctica que utiliza plantas y sus derivados, incluidas las semillas, para prevenir y tratar diversas enfermedades o problemas de salud. A lo largo de la historia de la humanidad, desde las civilizaciones más antiguas, los hombres comenzaron a experimentar con los recursos que les ofrecía la naturaleza para utilizarlos como remedios naturales.
En la civilización egipcia, por ejemplo, se han registrado más de 700 remedios en base a plantas y semillas para tratar diversas dolencias. También en la medicina tradicional china se usaba la fitoterapia.
Por ejemplo, las semillas de ginseng se han usado en China durante siglos para mejorar la energía y la circulación sanguínea. Igualmente la medicina india hace uso de semillas, como las de sésamo, calabaza y mostaza para tratar los problemas del organismo.
Aunque la medicina moderna ha avanzado enormemente en el desarrollo de fármacos sintéticos, en la actualidad el uso de plantas y de semillas sigue siendo relevante como opción alternativa en la búsqueda de tratamientos naturales.
Las semillas de calabaza: un superalimento que reduce el ácido úrico
Una de las semillas que tiene un enorme potencial para la salud es la semilla de calabaza. Habitualmente termina en la basura, porque mucha gente no conoce sus nutrientes y sus efectos en la salud.
Además de ser un delicioso snack, tienen un gran valor por sus propiedades medicinales, entre ellas por ayudar a reducir los niveles de ácido úrico en el cuerpo.
El ácido úrico es un compuesto que se forma en el organismo a partir del metabolismo de ciertos alimentos. Cuando los niveles de ácido úrico son elevados el afectado puede sufrir de gota, una forma de artritis que afecta especialmente las articulaciones más pequeñas, como las del dedo gordo del pie. Además, los cristales se acumulan en otras articulaciones y generan dolores intensos.
Las semillas de calabaza contribuyen a reducir ese riesgo de formación de cristales y, por tanto, de gota y otras dolencias articulares. Pero no es su único potencial, ya que es una semilla multifacética.
¿Por qué es bueno consumir semillas de calabaza?
Las personas propensas a tener niveles altos de ácido úrico encontrarán en las semillas de calabaza un método agradable y natural de reducirlo. Junto a ello, estas semillas tienen otras propiedades que favorecen a cualquier organismo.
Son una fuente rica en nutrientes esenciales. Tienen un alto contenido en magnesio como algunas frutas, un mineral que juega un papel fundamental en la salud ósea, en la función muscular y en la regulación de la presión arterial.
También son ricas en zinc, un mineral con gran incidencia en el sistema inmunológico y la reparación celular. Su alto contenido en fibra contribuye a regular los niveles de azúcar en sangre y favorece la digestión. Tiene efecto antiparasitario, y son útiles en el tratamiento de gastritis y úlceras, así como en la salud de la próstata y el sistema urinario.
Su perfil proteico es similar al de las leguminosas. Son un complemento ideal para alimentos elaborados con cereales, logrando así una proteína de alta calidad.
¿Cómo se comen las semillas de calabaza?
Las semillas de calabaza son muy versátiles y se integran con facilidad a la dieta. Se pueden consumir tanto crudas como cocidas. Una de las formas más sencillas y frecuentes, es comerlas crudas. Se integran a un snack, a ensaladas, yogures, batidos o cereales. Al consumirlas crudas, conservan la mayor cantidad de nutrientes. También se pueden tostar al horno con sal o especies.
Asimismo, se elabora mantequilla de semillas de calabaza para untar sobre pan o galletas. Basta triturarlas en una procesadora hasta obtener una pasta suave y homogénea. Se incorporan molidas a panes, sopas, muffins.
Para los que sufren con el ácido úrico y para los que quieren integrar alimentos naturales a sus dietas, las semillas de calabazas son una excelente opción alimentaria.
