El phishing es uno de los delitos cibernéticos más extendidos y afecta a un gran número de personas en todo el mundo, incluida España. Este tipo de fraude digital se basa en engañar a las personas para que revelen información personal que debe ser reservada.
De esta manera los ciberdelincuentes se apropian de contraseñas, números de tarjetas de crédito o datos bancarios. El engaño se basa en la buena fe de las personas.
Los atacantes suelen suplantar la identidad de instituciones de confianza, como bancos, empresas comerciales o entidades gubernamentales. Se valen de los canales digitales, especialmente correos electrónicos, mensajes de texto o sitios web falsos para lograr sus fines.
¿Cuáles son las consecuencias del pishing para quienes son atacados?
Cuando los delincuentes logran cumplir su objetivo y robar la información, las consecuencias para los perjudicados siempre terminan en pérdidas de dinero, principal objetivo de los agresores.
Los atacantes obtienen acceso a cuentas bancarias, a tarjetas de crédito o a algún sistema de pago online. Realizarán transferencias no autorizadas, compras fraudulentas y hasta realizarán robo de identidad. Todo en un instante.
No dejarán rastro, porque todos los movimientos parecerán legalmente realizados por el dueño de las cuentas, de las tarjetas, de la identidad suplantada.
Además, el impacto no solo se limita a las pérdidas financieras. En algunos casos, se daña la reputación personal y profesional, pues los delincuentes pueden enviar mensajes a sus contactos y generar situaciones comprometidas. Y también las víctimas pueden quedar expuestas a otros ataques cibernéticos.
Por lo tanto, el phishing tiene también un impacto emocional y en la organización de la vida del afectado que le genera gran estrés. Pero sin duda el problema más concreto es la pérdida de dinero.
Cuentas vacías, tarjetas en rojo, y un sinfín de otras afectaciones pueden provocar que, de la noche a la mañana, una persona que tenía su vida organizada, sus ahorros y un plan de gastos, se encuentre sin nada.
Y, para colmo, el anonimato y la globalidad de internet, hacen que encontrar a los responsables de los ataques de phishing es casi una misión imposible. Por ello, estos ataques se han convertido en un desafío permanente de las autoridades.
La Agencia Tributaria toma en cuenta a las víctimas de phishing
La Agencia Tributaria ha adoptado medidas para compensar a las víctimas de phishing.
Cuando una persona es víctima de phishing y se da cuenta de que su información personal y fiscal ha sido utilizada de manera indebida, debe hacer inmediatamente la denuncia ante la Guardia Civil. Además, debe comunicarlo lo antes posible a la Agencia Tributaria.
Con esta denuncia, la víctima puede justificar ante la Agencia que su identidad ha sido suplantada. La Dirección General de Tributos realizará las comprobaciones correspondientes.
Una vez comprobado el ataque y el robo, la entidad recaudadora determina que, en la declaración de la renta, se computen como pérdidas patrimoniales esas pérdidas que la persona atacada ha sufrido. Esto implica un alivio para el contribuyente, que, por lo menos, se evita pagar por lo que le han robado.
Alerta de la Agencia Tributaria a los contribuyentes
La Agencia Tributaria insiste en que nunca solicita por correo electrónico o mensajería información confidencial económica, como números de cuentas ni de tarjetas de los contribuyentes. Tampoco solicita información sobre ningún tipo de datos.
Asimismo, la entidad recaudadora avisa que circulan mensajes falsos en los que, suplantando a la Agencia Tributaria, se pide documentación para modificar la declaración del ciudadano.
Generalmente, los delincuentes presentan estas demandas con carácter de graves y urgentes. De esta manera, se genera inquietud, ansiedad y urgencia en la víctima, que cumple inmediatamente.
El consejo es mantener siempre una actitud alerta y consultar a las autoridades fiscales antes de enviar cualquier dato.




