Los accidentes de tráfico no son problema solo de la DGT. Los siniestros viales son una de las principales causas de muerte y de lesiones graves en España. Por lo tanto, es un tema importante para el Ministerio de Sanidad. Y para ello, entra en juego el carnet de conducir y sus puntos.
Es un hecho que las consecuencias de los siniestros impactan en la salud de las personas afectadas. La colaboración entre ambas instituciones, DGT y Sanidad, es fundamental para adoptar un enfoque integral que no solo se centre en la seguridad en carreteras sino también en la salud pública.
El foco de la DGT está en los conductores que conducen bajo los efectos de alcohol o drogas
El consumo de alcohol y drogas es un problema grave para la seguridad vial. Se sabe que se trata de la segunda causa de accidentes mortales.
Si se toman los datos del 2023 aportados por el Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses, el 53,6% de los conductores implicados en accidentes dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos. En ese mismo año, la Guardia Civil detectó 200 conductores por día que dieron positivos en las pruebas.
Si bien la renovación del carnet sería una buena oportunidad para retirar el carnet de conducir al adicto y proponerle la rehabilitación, los diez años que dura la vigencia impide detectarlos. Los Centros de Reconocimiento de Conductores donde se realizan las renovaciones incluyen protocolos para detectar adicciones. Pero se estima que son pocos los casos los que se identifican.
Por otra parte, los controles en las calles no son masivos, sino que se realizan sobre un número limitado de conductores.
¿Unidos vencerán?
La DGT, el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas han decidido unir fuerzas, ideas y trabajo en busca de una meta común: reducir la presencia de conductores alcoholizados en las vías públicas.
Se hace necesario un trabajo más personalizado que evite que una persona que consume alcohol o drogas conduzca. Y en ese camino están la DGT y Sanidad.
Una de las medidas que están en estudio es la intervención del médico. El profesional podrá decidir que se debe retirar el carnet de conducir de una persona que tenga adicción al alcohol o a las drogas. De esta manera, se impediría que el conductor alcoholizado o en riesgo de beber alcohol circule.
La idea no es privar del permiso definitivamente a ese conductor adicto, sino obligar a los conductores que padecen este problema a encarar su recuperación. El carnet les será devuelto una vez que hayan completado un proceso de rehabilitación.
Un proyecto a largo plazo de trabajo integrado
El director del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT, Álvaro Ramos, ha anunciado que este proyecto de integrar a los médicos dará resultados a mediano y largo plazo.
Es necesario realizar muchos acuerdos entre la DGT, las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad. No es asunto sencillo. Se requiere establecer pautas muy precisas y legislar para que se legalice el nuevo sistema.
Según las declaraciones del director mencionado, lo que se busca es retirar el carnet a conductores reincidentes en el consumo de alcohol y drogas y a los que tengan una adicción detectada por los médicos.
Es un proyecto de trayectoria avanzada, que atacaría el problema desde su raíz. Sería la propia autoridad sanitaria la que indicaría a Tráfico que ese conductor tiene una adicción que le impide manejar sin comprometer la seguridad. Asimismo, actuaría como estímulo para la rehabilitación de los adictos.
Las autoridades están trabajando también en la reducción de la tasa máxima permitida. Los máximos serán 0,25 gramos por litro en sangre o 0,1 mg/l en aire. Si esta medida se aprueba, significará que no será el adiós al alcohol al conducir. El límite es tan pequeño que por poco que se ingiera el resultado será positivo.
Solo falta que los conductores asuman su responsabilidad.
