El uso de la etiqueta medioambiental está cada vez más extendido, y aunque todavía no ha sido declarado obligatorio, cada día que pasa son más los municipios que lo exigen, especialmente aquellos que tienen ZBE y quieren reducir la circulación de vehículos que no cumplen con las normas de emisiones de gases contaminantes.
Estas etiquetas funcionan, hasta cierto punto, como una escala que indica el orden en el que los coches con motor de combustión irán siendo retirados de las calles y avenidas de los principales centros urbanos, y eventualmente del resto de la red de carreteras y autopistas de España y el resto de Europa. Los primeros afectados han sido los coches sin etiquetas, y ya hay zonas de Madrid donde los coches con etiquetas B tienen limitaciones.
En teoría, iban a ser dos los criterios utilizados para clasificar los coches con motor de gasolina y diésel matriculados en lo que va de siglo, a partir de 2001 y de 2006, respectivamente: el año en el que fueron matriculados, y si cumplían o no con las normas ambientales Euro más recientes.
En la práctica, el criterio que se ha impuesto es el de la fecha de la matriculación, lo que ha hecho que coches que cumplen con las normas Euro IV, V o VI les corresponda la etiqueta B en vez de la C, una situación que ha generado reclamaciones. Para ello, la DGT ya ofrece una solución: sí es posible tramitar el cambio de categoría, aunque la matrícula no corresponda.
Coches con etiquetas B y C
Entran en la categoría B los turismos, todoterrenos y furgonetas matriculados a partir de 2001, si son de gasolina, y de 2006, si utilizan diésel, aunque no cumplan con las últimas normas sobre emisiones Euro. De esta forma, pueden utilizar etiquetas medioambientales C vehículos como los antes descritos que hayan sido matriculados después de 2006, si son de gasolina, y de 2014, si son diésel, y que cumplan con las normas Euro IV, V y VI sobre emisiones de gases contaminantes.
Se generó una polémica porque hay coches con matrículas anteriores a 2006 y 2014 que sin embargo cumplen con los parámetros establecidos por las Euro más recientes, por lo que la DGT ha declarado que, en estos casos, los coches podrán pasar de la categoría B a la C realizando un sencillo trámite.
Hay que decir que, en el caso de los vehículos con motores diésel, y en el de los todoterrenos y las furgonetas ligeras, este cambio solo será posible si cumple con la Euro VI. Y en dirección opuesta: las motocicletas y otros vehículos que entren en la categoría L podrán hacer el cambio a la etiqueta C si están dentro de los parámetros de la Euro III.
Cómo cambiar la etiqueta medioambiental de B a C
El primer paso es verificar, revisando las especificaciones técnicas de nuestro coche, que cumpla con alguno de los límites de emisiones establecidos en las normativas Euro IV, V y VI, si utiliza gasolina, o con los límites de emisiones establecidos en la Euro VI, si utiliza diésel.
¿Por qué es importante ser C y no B?
Como señalamos al principio, el sistema de etiquetas ambientales también indica cómo se irán retirando de circulación los coches de motor de combustión de aquí a 2050. Este proceso ya ha comenzado con los coches sin etiquetas ambientales en ciudades como Madrid, y pronto se extenderá al resto de los centros urbanos, donde ya los coches con etiquetas B comienzan a sufrir restricciones en áreas como las Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección. Que nuestro coche tenga derecho a utilizar la etiqueta C en vez de la B nos da un poco más de tiempo para ahorrar y adquirir un coche cero emisiones.