El impulso que la DGT intenta dar a la movilidad sostenible ha planteado nuevos desafíos y provocado consecuencias que no siempre han sido las esperadas. Es cierto que es una buena idea para contribuir a mejorar la calidad del aire, la sostenibilidad del planeta y para promover estilos de vida saludables.
La gente ha respondido bien a las campañas y a ese espíritu favorecedor de las bicicletas. El aumento del uso de las bicicletas es claro indicador de esta aceptación. Pero la integración de las bicis al tráfico está costando bastante y la convivencia no es fácil de armonizar. La irrupción de bicicletas en calles y rutas ha provocado cierto desorden y, como consecuencia, muchos accidentes.
Desafíos para favorecer la movilidad en bicicleta
El principal desafío es garantizar la seguridad de los ciclistas, tanto en las vías urbanas como en las interurbanas. Los ciclistas forman un colectivo muy vulnerable frente a los vehículos motorizados.
Una de las medidas que ya se han tomado es la disposición de carriles bici, que ha causado una gran polémica. Aunque la responsabilidad directa de esta parte de la infraestructura vial recae en los municipios, la DGT coordina para que sean vías seguras, con intersecciones adaptadas y señalización específica. Además, estas medidas se han acompañado de otras, como la restricción de acceso a vehículos motorizados en determinadas zonas.
El 2025 es el año de las medidas para la convivencia de vehículos
El nuevo Reglamento General de Circulación entrará en vigor en el 2025. En él se incluyen una serie de medidas orientadas a la convivencia de los vehículos de motor con las bicicletas. El espíritu general de estas medidas es dejar claro que al ciclista hay que respetarlo. Y para el ciclista implica que debe asumir las precauciones para su propia seguridad.
¿Qué deberán tener en cuenta los ciclistas a partir del 2025?
Dentro de las medidas que a partir del 2025 deberán cumplir los ciclistas está el uso obligatorio de casco de protección. Será obligatorio en la circulación en carretera. La única excepción a esta obligación es la existencia de condiciones médicas graves que impidan usarlo. En este caso, el ciclista deberá tener una justificación que valide su condición.
Además, los ciclistas deberán usar elementos reflectantes o luminosos que aseguren su visibilidad desde al menos 150 metros. Estos elementos se exigirán especialmente durante la noche o en condiciones de baja visibilidad.
¿Hay normativa especial vinculada al ciclista para los conductores de otros vehículos?
Las medidas que se refieren al comportamiento de los conductores de otros vehículos cuando hay bicicletas a la vista, tienden a la protección del ciclista. Una es la distancia lateral de seguridad al adelantar. En el nuevo reglamento se mantiene la obligación de mantener la distancia mínima de 1,5 metros al pasar a ciclistas.
El vehículo deberá cambiar completamente de carril durante la maniobra de adelantamiento. Es decir, que adelantará al ciclista como si en ese lugar circulara otro coche. Además, se insiste en la reducción de la velocidad en el momento en que se adelanta a ciclistas. La velocidad a la que transita el vehículo que realiza la maniobra debe ser por lo menos 20 km/h menor del límite establecido para esa ruta.
El gran desafío de la DGT para integrar las bicicletas al tráfico seguro es la sensibilización y la educación de todos los actores implicados en la movilidad. Las campañas deben estar dirigidas no solo a los ciclistas, sino también a otros conductores y a los peatones.
La supervisión y el control son esenciales para garantizar la convivencia. El organismo responsable espera que las cámaras de tráfico y los radares, junto a la presencia activa de la autoridad, contribuyan a disuadir comportamientos peligrosos.
