Uno de los gastos inevitables si tenemos un coche es el de repostar combustible, fundamental para desplazarnos, que de algún modo nos sirve para estar al día con la política mundial, pues gracias a sus fluctuaciones nos enteramos de cómo siguen los conflictos en Oriente Medio, en Ucrania o si hay cambios en la política energética en Estados Unidos. Si el precio sube, algo muy malo está pasando en alguno de estos lugares, y si baja, bueno, estamos de suerte.
Pero hay otro aspecto que preocupa también a los conductores, y es si la calidad del combustible puede influir en la vida del motor y en la eficiencia de la combustión. Además, si es mejor invertir algo más y pagar gasolina 98 o diésel premium, o si no importa ahorrar un poco y repostar con gasolina 95 o diésel normal. Aunque el sentido común apunta a que un combustible más costoso es mejor para nuestro coche que otro más económico o de menor octanaje, esto no tiene necesariamente por qué ser cierto, e incluso en algunos casos puede ser hasta contraproducente.
Qué dice la DGT sobre el uso de los diferentes tipos de combustible
En primer lugar, en sus publicaciones digitales y según nos comentan desde eldebate.com/motor, la DGT informa a los conductores de que la mayoría de los combustibles derivados del petróleo que comercializan las gasolineras provienen de una distribuidora que garantiza la calidad de este, Exolum.
Se trata de una empresa dedicada al transporte, almacenaje y distribución de combustibles y otros derivados del petróleo, que hasta 2021 operó como CLH (Compañía Logística de hidrocarburos). Esta empresa, además y a solicitud de las gasolineras, agrega diferentes aditivos a los combustibles para prolongar la vida del motor y aumentar la eficiencia en la combustión. Esto significa que la gasolina y el diésel normal son tan buenos como los combustibles premium. En teoría, se ahorraría un poco de dinero al repostar.
Hay que leer el manual
La recomendación hecha por la DGT a través de una publicación en la red social X no puede ser más lógica, pero apunta contra una conducta generalizada entre muchos conductores, que consiste en no prestar la menor atención al manual de instrucciones y de especificaciones técnicas que viene con cada coche. La Dirección General de Tráfico aconseja leer el manual, el libro de instrucciones que nos viene al adquirir el vehículo, que es donde con frecuencia se indica cuál es el combustible con el que el motor se va a comportar de manera más eficiente.
Si la información técnica indica que el coche requiere combustible de 95, colocar de 98 puede afectar en algunos casos la capacidad antidetonante y retrasar la combustión. Y ello aunque lo más probable es que no suceda nada, es decir, no va a afectar la bomba de combustible o el motor, pero tampoco va a mejorar su desempeño.
En el caso de coches con motores diésel si hay diferencias. El diésel premium es similar en general al normal, aunque se diferencia al llevar un mayor número de aditivos y mejorar el índice de cetano en el combustible. Este índice sirve para medir la capacidad de ignición del combustible, y cuanto más alto, menos tiempo tarda en arrancar un motor que estaba en frío. El diésel normal tiene un índice de cetanos de 51, mientras el diésel premium, como el diésel 10e +, es de 55. El diésel premium también lleva aditivos que contribuyen a alargar la vida del motor, como antioxidantes, antiespumantes y limpiadores, que mantienen los inyectores limpios y el escape y los filtros libres de carbonilla.
Sin embargo, hay quienes recomiendan utilizar el diésel normal cuando se trata de vehículos con muchos años encima, pues este diésel tiene mayor viscosidad, lo que favorece la lubricación de las diferentes partes del motor.
