La gran revolución en el entorno laboral en lo que va del siglo XXI ha sido el auge del teletrabajo, la posibilidad de hacer parte o la totalidad de la jornada laboral desde nuestro hogar y no en una oficina, un comercio o un centro de servicios.
Este cambio se produjo en gran medida gracias a la pandemia de 2020 y a las limitaciones establecidas por los gobiernos y los programas de aislamiento para evitar los contagios. Sin embargo, llegó para quedarse cuando demostró que en muchos casos era más rentable, tanto para las empresas como para los trabajadores, que estos cumplieran con sus objetivos desde su domicilio.
El teletrabajo y el frío
Cerca de un 15% de los trabajadores en España lo hacen desde su casa o desde un espacio que no es el de la oficina o la empresa, lo que equivale a poco más de 3 millones de personas.
Al trabajar en casa ahorramos en transporte, en comidas fuera, en combustible, si usamos nuestro coche, nos exponemos menos a virus y a la contaminación y perdemos menos tiempo en el tránsito de ida y vuelta.
También es probable que tengamos un menor gasto en ropa y nos ahorremos varios conflictos que pueden presentarse cuando interactuamos con otros empleados en oficinas y otros espacios laborales.
Pero no todo son ventajas, y es posible que una de las desventajas la comencemos a sentir ahora, que los días son más fríos y se aproxima el invierno.
Y es que una desventaja al quedarnos en casa es que vamos a gastar más en servicios como luz y gas, sobre todo para mantenernos calientes mientras trabajamos frente al ordenador.
Una teletrabajadora ofrece una alternativa para lidiar con el frío en casa
“Odio los meses de invierno. El problema es que me parece contradictorio encender la calefacción cuando estoy sola en casa, sobre todo porque el calor se escapa nada más apagarla”.
Este comentario, hecho al Daily Express, es de una joven, Talya Honebeek, que reveló su secreto para trabajar en casa sin utilizar la calefacción.
Se trata de 5 productos para mantenerse a una temperatura aceptable durante el día, hasta que vuelva el resto de la familia.
El primero es una manta eléctrica: “Suelo ponérmela por la mañana, cuando llego a casa después de llevar a los niños a la guardería, para entrar en calor mientras empiezo a trabajar, y siempre cumple su función”.
El segundo es el chal calefactor: mientras está en el escritorio utiliza la manta eléctrica, pero para desplazarse por la casa utiliza este chal: “así que cuando quiero ir a comer o hacer un breve descanso de la pantalla, cambio rápidamente a mi chal calefactor”.
Otro producto que no puede faltar es la bolsa térmica, que utiliza normalmente en la zona lumbar, y afirma que además de proporcionar calor contribuye a eliminar dolores musculares.
Los dos últimos productos son los calentadores de mano y los guantes sin dedo, “ya que me calientan las manos y me permiten escribir con eficacia».
Honebeek reconoce que hay que hacer una pequeña inversión y que además hay gasto en electricidad, pero nunca será tanto como tener toda la calefacción encendida.
Otras recomendaciones
- Utilizar sistemas de calefacción que permitan calentar solo la habitación donde vamos a trabajar, y apagarlo por cortos períodos.
- Utilizar como habitación para teletrabajo durante el invierno una habitación pequeña, sin fugas térmicas y que sea fácil de calentar.
- Aprovechar el calor del sol. Si tenemos balcón o jardín, o una habitación que esté más expuesta al sol en la mañana, instalarnos a trabajar allí mientras el sol proporcione calor.
- Usar ropa de abrigo. No quedarse en pijama, abrigarnos bien, como haríamos si estuviéramos en la oficina, y agregar una manta si hace demasiado frío.
