Las trampas para evitar los controles y salvarse de las multas por infracción es una tendencia que se ha intensificado en los últimos tiempos. Con diversas tácticas, los infractores intentan borrar sus huellas para no ser identificados, porque saben que están cometiendo una falta. La creciente precisión y sofisticación de los sistemas de control, los más de 3.000 radares, helicópteros y cámaras que realizan un registro minucioso de los vehículos, tienen su contrapartida. Mejoran los instrumentos de control y también se perfeccionan los tramposos.
El ingreso a las ZBE en el foco de las estrategias de los engaños
Las zonas de circulación restringida molestan a muchos conductores que tienen vehículos que, por su etiqueta medioambiental, tienen prohibido el acceso. En el ingreso a las zonas restringidas, la DGT ha instalado cámaras para el control de quiénes circulan por esos espacios. Estas cámaras leen las matrículas de los vehículos. Los datos registrados por las cámaras se entrelazan con los de la base de la Dirección General de Tráfico.
A partir de la matrícula, la DGT conoce, entre otra información, qué distintivo medioambiental tiene cada vehículo. Por tanto, si un vehículo que tiene prohibido el acceso a una ZBE ingresa, su conductor recibirá la sanción. La multa es de 200 euros, que puede reducirse a la mitad en caso de pago inmediato.
Con claro conocimiento del sistema, especialmente de que el origen de las multas es la identificación de la matrícula, muchos infractores encontraron la forma de evitar que la cámara pueda leerla. La modificación en matrículas y el uso de placas alteradas es una estrategia que evita que los radares y las cámaras puedan identificar a los infractores.
El truco italiano llega a España
La globalización incide también en la difusión de métodos para eludir sanciones. Las fronteras se desdibujan en el sector de los engaños y lo que se usa en un país, si es útil enseguida se imita en otros. Esto es lo que ha pasado con un truco que emplean los italianos para circular por las zonas restringidas. La estrategia permite que un vehículo ingrese y circule por las ZBE cuando no tiene el distintivo que corresponde sin ser identificado por las cámaras.
Uno de estos trucos de origen italiano que se está viendo en España es el uso de mascarillas quirúrgicas para tapar parcialmente las matrículas. Es tan sencillo y práctico que tienta. El conductor tapa la matrícula del vehículo con la mascarilla y la sujeta a la placa con las gomas. Las cámaras no pueden leer la matrícula así cubiertas. Por lo tanto, no identifican el vehículo y no pueden emitir multas.
¿Qué han dicho las autoridades ante el uso del truco italiano de las mascarillas en las matrículas?
La Policía ha difundido una advertencia dura para que quienes se sientan tentados de enmascarar su matrícula no lo hagan. Avisa a los conductores que la sanción prevista es muy grande. Quien utilice algún truco para evitar que la cámara capte la matrícula se expone a una multa de hasta 6.000 euros y la pérdida de hasta seis puntos en el carnet de conducir.
¿Por qué se sanciona el ocultamiento de la matrícula?
La Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, establece que los vehículos deben llevar las matrículas en perfecto estado de conservación y sin elementos que impidan su lectura. Esto incluye no cubrirlas, no modificar sus caracteres ni aplicar adhesivos o sustancias reflectantes que alteren su visibilidad. La infracción se considera falta muy grave, y la sanción prevista puede llegar a los 6.000 euros y la quita de seis puntos del permiso de conducir.
Las sanciones por estas infracciones se han endurecido en el marco de una política de tolerancia cero frente a la evasión de controles automatizados, como los de las ZBE.