Durante mucho tiempo, todavía, España ha sido vista como el destino perfecto para retirarse y disfrutar de los últimos años en paz, con calidad de vida y seguridad. El país goza de un clima que envidian otras naciones europeas, no es caro y posee una gran riqueza geográfica y cultural. Esto hace más curiosa una tendencia reciente entre los españoles jóvenes y viejos, que están explorando o ya directamente viviendo su retiro en un país de Asia que no suele mencionarse entre los primeros cuando se habla de destinos turísticos en esta región.
Malasia: un lugar que “te saca de tu zona de confort”
Hablamos de Malasia, un país del sudeste asiático que se encuentra en partes de la península malaya y de la isla de Borneo. Se trata de un lugar donde fluyen e interactúan importantes corrientes culturales, malayas, de China, la India y Europa. A este país se fue a vivir una joven catalana de 23 años, Àlex Ginés, después de haberlo visitado durante un viaje en el que también conoció Filipinas. En esa ocasión viajaba como turista, y al llegar a Malasia “me enamoré de la forma de vivir, de la sencillez, de la conexión con la naturaleza”.
Después de esa primera experiencia decidió volver e instalarse por una temporada para hacer teletrabajo desde ese país, es decir, volvió como una nómada digital. Antes de este cambio vivía y trabajaba en Madrid, una ciudad que consideraba más acorde con su energía y expectativas, aunque la sentía más cercana a las ideas de su cabeza, que a las de su corazón.
En Malasia “El ritmo, las prioridades y los valores se transforman. Empiezas a poner el foco en otras cosas: un atardecer, una conversación con alguien que acabas de conocer, la calma de tener tiempo para ti. Es un entorno que te saca de tu zona de confort y te obliga a redescubrirte”.
Un día en la vida de Àlex
Àlex Ginés regresó a España y comenzó trabajando intensamente en Barcelona, pero al regresar de este viaje decidió cambiar de vida, habló con su jefa y con sus padres, que no lo tomaron muy bien pero aceptaron su decisión. Después regresó a Malasia, donde sigue teletrabajando y vive en hostales.
“Me levanto sobre las 8:30, desayuno en alguna de mis cafeterías favoritas y paso la mañana en la playa, leyendo o simplemente disfrutando del mar. Al mediodía como en puestos locales, muy económicos a mi parecer, buenísimos, y a las 15:00 h me conecto para trabajar, que equivale a las 9:00 de la mañana en Barcelona”.
Continúa: “Trabajo media jornada, lo que me permite teletrabajar y mantener estabilidad, y al acabar voy a ver el atardecer y ceno con los amigos que he hecho aquí”.
Y concluye: “Es un equilibrio perfecto entre trabajo, bienestar y conexión humana que nunca había tenido”.
España y Malasia: vivir para trabajar y trabajar para vivir
Malasia es un país bastante seguro, a pesar de que hay mucha desigualdad económica, y para alguien que percibe ingresos de Europa puede ser notablemente económico. Si agregamos a esto un clima tropical, playas y paisajes maravillosos, nada tiene de raro que se esté convirtiendo en un destino para muchos jubilados europeos, entre los que se cuentan cada vez más españoles.
Pero no todo son ventajas. Àlex señala que, aunque es bastante seguro para una mujer sola, el acoso en las calles es frecuente, y la barrera del idioma es casi insalvable. Pero no se arrepiente de su decisión.
“Aquí aprendes a valorar el dinero de otra forma, a distinguir entre lo que necesitas y lo que estás acostumbrada a tener. Por eso, siento que en España vivía para trabajar, en Malasia trabajo para vivir. Y esa diferencia, que parece pequeña, lo cambia absolutamente todo”.
