El otoño se asocia con frecuencia con la tristeza y los aires de melancolía, y en parte tiene sentido, porque los días se hacen más cortos, fríos y grises, los árboles pierden las hojas y hay una sensación casi física de que todo está llegando a su fin. Pero también el otoño tiene algo definitivamente alegre: las castañas. El aroma de las castañas no se aspira con la nariz sino con el espíritu, y es un adelanto de los olores y sabores de la Navidad. Es por eso que no hay que privarse de unas castañas asadas compradas en la calle, o tampoco de unas asadas en casa.
El sencillo truco de Karlos Arguiñano
Las castañas asadas son una delicia que muchos prefieren no hacer en casa por un problema sencillo, pero molesto, que consiste en que a menudo quedan con la piel demasiado pegada, y es un fastidio pelarlas. Además, no siempre quedan tan ricas como las que compramos en la calle.
Afortunadamente, uno de los cocineros más queridos de España nos ha revelado un truco para que sea sumamente fácil pelar las castañas luego de sacarlas del horno: “El truco para que queden perfectas es envolverlas en un paño limpio durante unos minutos”.
De esta manera la piel de las castañas se va a desprender fácilmente. El error común que cometemos al asar castañas en casa es que al sacarlas del horno las dejamos enfriar descubiertas, lo que hace que la piel se endurezca y se haga más difícil de quitar. Al envolver las castañas apenas salidas del horno, el vapor que liberan ayuda a aflojar la piel, y se hacen más fácil de pelar. “Con el paño, conservan su jugosidad y se pelan casi solas”.
Cómo hacer que las castañas queden deliciosas en casa
El cocinero vasco de 77 años afirma que para disfrutar de unas castañas deliciosas solo necesitamos el horno, una bandeja y un cuchillo. El cuchillo es para hacer un pequeño corte en cada castaña, que debe ser lo suficientemente profundo como para que pueda liberar el vapor sin romper la cáscara. El corte es fundamental: “Si no se hace, pueden reventar dentro del horno”.
Luego hay que distribuirlas sobre la bandeja. En este punto Arguiñano recomienda otro pequeño truco: colocar las castañas sobre papel sulfurizado, para que se asen de forma más uniforme. Hay que precalentar el horno a 200°C, luego introducir la bandeja y remover un poco las castañas cuando lleven unos 12 minutos, para que se doren por todas partes, y dejar que se siga horneando por 12 minutos más. Sabremos que están listas cuando estén doradas y la piel comience a abrirse.
Al sacar las castañas del horno y antes de envolverlas, el cocinero vasco hace otra recomendación, ponerles una pizca de sal: “La sal resalta su sabor natural y las hace más ricas”, al contrastar el ligero toque salado con el dulzor de la castaña.
Otro truco para asar y pelar castañas, con el microondas
Hay otra manera de asar y pelar las castañas que quizás se considere tradicional dentro de 50 años: en el microondas. En este caso, vamos a necesitar también un cuchillo, un cuenco, agua y el microondas. El cuchillo se utiliza para el truco de Karlos Arguiñano, haciendo un corte profundo en cada castaña.
Luego hay que colocarlas en un cuenco con agua, y la cocción va a depender de la potencia del microondas: por lo general, cocinarlas por unos 18 minutos. Al sacarlas solo hay que dejar que se enfríen un poco y la piel va a salir fácilmente. Por las dudas, podemos seguir el consejo de Arguiñano y envolverlas en un paño limpio uno o dos minutos.