El estacionamiento en las grandes ciudades españolas suele ser una complicación para los conductores. El espacio disponible es limitado e insuficiente para la alta densidad urbana. El parque automovilístico ha crecido muy rápido, y la capacidad de aparcamiento no se ha puesto a la par. En la mayoría de los espacios para estacionar hay que pagar y el tiempo es muy limitado.
Disponer de un estacionamiento individual en un garaje de comunidad de propietarios generalmente se ve como la salvación y el fin de todos estos líos para aparcar el coche. Muchos conductores optan por comprar o alquilar una vivienda con garaje, pensando que ya no tendrá más problemas al dejar el coche. Sin embargo, si bien tienen derechos también están sujetos a obligaciones.
Los garajes en edificios son parte del espacio comunitario, por tanto están regulados por la Ley de Propiedad Horizontal. En esta ley se establecen los derechos y las obligaciones de los propietarios de las plazas de garajes.
¿Qué limitaciones tienen los propietarios de plazas de garajes?
El propietario de un garaje en una comunidad puede utilizarlo libremente para estacionar vehículos y guardar objetos dentro de los límites de su plaza, siempre que no contravenga la normativa y el reglamento de copropiedad. Si el estatuto de copropiedad lo permite, el dueño puede alquilar o vender el garaje, pero debe comunicar su intención a la comunidad.
No está permitido utilizar la plaza para usos que no sean los del aparcamiento. Por ejemplo, no se podrá usar como taller, vivienda, actividad comercial. Tampoco pueden depositarse en el espacio elementos peligrosos, como combustible u otros materiales inflamables, ni productos químicos. El uso de una plaza de garaje en un espacio comunitario es considerado público. Si un vehículo estacionado comete una infracción que perjudica a otra persona, se aplica un marco legal que combina la Ley de Propiedad Horizontal, el Código Civil y en algunos casos el Código Penal.
Casos que frecuentemente originan conflictos son, por ejemplo, un vehículo estacionado que bloquea el acceso, que invade otra plaza, que ha causado daños materiales o generado riesgos para la seguridad. El propietario del vehículo o el titular de la plaza si ha cedido su uso, puede ser considerado responsable civilmente. Los copropietarios requerirán la solución y reparación del daño causado y, si el infractor se niega a responder, podrán realizar la demanda civil.
Además, si el vehículo tiene la ITV caducada o si no está asegurado, también recibirá una multa por esas infracciones.
¿Qué pasa si un vehículo estacionado en una plaza de garaje comunitario tiene la ITV vencida o no está asegurado?
La ley exige que todo vehículo dado de alta en el tráfico y con estacionamiento habitual en España tenga en vigor la ITV y el seguro de responsabilidad civil obligatorio. Por lo tanto, aunque el vehículo esté estacionado en una plaza de garaje que forme parte de un espacio comunitario, debe cumplir con estos requisitos legales. Esto se aplica incluso si el coche no circula y ha permanecido inmóvil durante mucho tiempo.
Si se detecta que no tiene seguro o ITV al día, la DGT puede imponer multas de hasta 3.000 € por la falta de seguro y de 200 € por el incumplimiento de la ITV. Aunque el vehículo esté estacionado, reglamentariamente sigue siendo activo, si no ha sido dado de baja oficialmente. Además de la multa, si el vehículo sin seguro causa daños, por incendio o explosión, por ejemplo, el propietario será responsable directo. Como carece de seguro, deberá asumir las consecuencias.
En caso de vehículos estacionados que no circulan, el propietario puede solicitar la baja temporal a la DGT. Un vehículo de baja no requiere seguro ni ITV. Sin embargo, el coche no podrá permanecer estacionado en espacios comunitarios ni públicos. Por tanto, mantener un vehículo sin ITV o sin seguro en una plaza comunitaria de garaje no exime al propietario de sus obligaciones legales.