Microsoft tiene un amplio mercado que abarca aproximadamente 190 países. En algunos su presencia es muy rentable para la empresa. Entre ellos se encuentran Estados Unidos, China, India, Alemania, Reino Unido, Brasil y Japón, y hasta hace un tiempo Rusia. La sede central de Microsoft está en Washington, Estados Unidos. Pero ha desarrollado una estructura mediante la que opera en red en agencias en todos los continentes, con oficinas comerciales y socios tecnológicos.
Microsoft es versátil y adapta sus productos y sus servicios a cada país. Adapta el lenguaje y las normativas a las características del lugar en el que se instala. Por eso en todas partes funciona bien.
La guerra impacta en Microsoft
La guerra entre Rusia y Ucrania ha impactado en los más diversos sectores de la actividad humana, en esos países y fuera de ellos. La crisis ha llegado a la filial de Microsoft en Rusia. Desde marzo de 2022, la empresa decidió suspender la venta de nuevos productos y servicios en Rusia. La Unión Europea y Estados Unidos impusieron sanciones internacionales y Microsoft las acató.
Por su parte, el presidente Putin dispuso restricciones severas contra los proveedores extranjeros, especialmente los americanos como Microsoft. El gobierno aspira a sustituir de una vez y para siempre la tecnología occidental por softwares totalmente rusos. Además, está proyectando subir el IVA para penalizar a las empresas extranjeras. Como consecuencia, la agencia rusa de Microsoft inició oficialmente el proceso de quiebra en el país en consonancia con la retirada que empezó a hacerse evidente desde 2022.
La solicitud fue admitida por el Tribunal de Arbitraje de Moscú. La empresa acumula una deuda millonaria de más de 1.500 millones de rublos de deuda, que equivalen a aproximadamente 16 millones de euros. Mantiene litigios con bancos, con otras empresas y con proveedores rusos, que no tienen solución a criterio de la compañía. Tiene abiertas más de 30 causas de litigios judiciales por incumplimientos de compromisos contractuales, entre ellos con los bancos.
La situación crítica ha provocado el cierre absoluto de Microsoft Rus LLC, la principal filial en Rusia. Todo se sumó y Microsoft abandona Rusia. Al cierre de la oficina central en Moscú se agrega la clausura de trece sucursales ubicadas en diferentes ciudades. Más de 400 empleados rusos fueron afectados, en un proceso que llega a su fin en 2025.
Varias empresas occidentales siguen los pasos de Microsoft en Rusia
El éxodo fue encabezado por Google, empresa que en el 2022 se declaró en quiebra. Sus cuentas habían sido congeladas por el sistema político, y todo el negocio se vino abajo. Microsoft es otra de las grandes que abandonan el país oriental. Pero no son las únicas. Se estima que aproximadamente mil empresas, en su mayoría vinculadas al sector tecnológico, también han huido de Rusia.
Algunas de las más famosas son Apple, Amazon, Meta, Intel, IBM. En algunos casos se van definitivamente del país. En otros reducen al mínimo su actividad. El gran proyecto de Putin de crear un ecosistema digital 100% ruso mostró a los occidentales que era hora de irse. El gobierno sigue con firmeza con esa intención, aunque sus propios técnicos le advierten de que esa meta está sembrada de dificultades, y por tanto no existirán logros inmediatos.
El proceso de retirada se ha acelerado por las medidas dispuestas por el gobierno ruso. El aumento del IVA, las restricciones a proveedores de tecnología extranjeros, el control a la circulación de capitales, complican la situación de las multinacionales. Rusia vive momentos de desconexión y aislamiento digital que han traído aparejadas la pérdida de calidad de los servicios y las tensiones económicas. El problema afecta tanto a consumidores particulares como a empresas, universidades y hasta a los organismos públicos.
Se ha producido una gran afectación a la competitividad de las empresas rusas en mercados internacionales. La desconexión es, además de técnica, cultural, económica y geopolítica.
