Se habla mucho de las estafas digitales, que son el mal de la época. Se advierte a la gente sobre formas en que los hackers actúan y se aconsejan mecanismos para reducir riesgos. Pero se mencionan muy poco otro tipo de estafas, veladas, que no utilizan internet ni dispositivos digitales, pero que tienen el mismo fin: robar mediante trampas. Es el caso, muy extendido, de los engaños que hacen los mecánicos en sus talleres cuando un cliente les entrega el coche para revisión o reparaciones.
La mayor parte de las personas conoce poco de mecánica y, aunque simule que entiende las explicaciones del técnico, en realidad no tiene forma de comprobar si le dice la verdad. El desconocimiento del funcionamiento del vehículo obliga a creer lo que el mecánico le dice.
¿Cómo afectan los engaños a los conductores?
El precio de cualquier intervención de un mecánico siempre resulta alto. Así como comprar un coche cuesta, mantenerlo también requiere de inversión. Tanto los repuestos como la mano de obra del técnico han aumentado. Y si se falsean trabajos el gasto es mayor aún. Generalmente la necesidad de visitar al mecánico surge sin aviso previo y es imprevisible. El pago al mecánico desequilibra el presupuesto familiar del mes o afecta a los ahorros. Pero el propietario del vehículo igual lo realiza, y acepta resignado el presupuesto.
Los engaños en los que el mecánico dice haber realizado una reparación que en realidad no hizo, son ganancia líquida para él. No gasta nada y el cliente paga sin protestar.
¿Cuáles son los engaños que los mecánicos hacen más frecuentemente?
Los secretos de muchos engaños de mecánicos han sido desvelados por un colega. Scotty Kilme es un conocido mecánico en el que confía muchísima gente. Su canal de YouTube tiene más de 6,5 millones de suscriptores. Para ayudar a sus clientes y seguidores a no caer en las estafas de mecánicos, Kilme deja al descubierto los engaños más frecuentes a los que se enfrentan los conductores en los talleres.
Engaños con los amortiguadores
Los amortiguadores son una de las piezas más manipuladas en estafas mecánicas. Una práctica común es rociar el interior del paso de rueda con aceite. Luego lo muestran al cliente como prueba de que los amortiguadores están perdiendo, argumentando que están gastados o que tienen fugas. Si el conductor ha visto que todo estaba seco antes de ingresar al taller, tendrá un indicio de que han querido engañarlo. Esta revisión previa es buena estrategia para evitar la maniobra del mecánico.
Los frenos también son foco de trampas
Cuando a un conductor le mencionan los frenos del vehículo, suele prestar mucha atención. Sabe que si los frenos fallan se expone a graves riesgos. Sin embargo, como no tiene idea de cuándo se deben sustituir las pastillas, el mecánico puede decir que hace falta la reposición cuando en realidad no es así.
¿Cómo puede una persona saber si sus frenos necesitan reparación? Si el pedal no se hunde, si al frenar en autopistas el volante no vibra y si el grosor de las pastillas es mayor al de una moneda, los frenos todavía no necesitan recambio.
La alineación de las ruedas suele aparecer como desperfecto frecuente
Hay conductores que llegan a pensar que la alineación de las ruedas es imprescindible cada vez que cambia las ruedas. Los mecánicos generalmente unen las dos cosas: cambio de neumáticos y alineación. Y cobran por ambas. Sin embargo, la alineación no siempre es necesaria. Solo hay que hacerla cuando el conductor nota que, cuando suelta el volante unos segundos, el coche se va siempre hacia el mismo lado. Es fácil de comprobar en carreteras bien planas.
Diagnósticos exagerados o falsos, errores intencionados para que el coche tenga que volver al taller en poco tiempo, sustitución de piezas sin mostrar las originales, son otras de las estrategias que se usan para engañar a los clientes. No todos los mecánicos son estafadores, pero por las dudas es conveniente que el conductor desconfíe y este vigilante para evitar caer en las trampas.
