El origen del capuccino es casi legendario y doble. Se dice que proviene de kapuziner, y que se inventó en Viena en el siglo XVII, cuando la ciudad era sitiada por los turcos. Otros dicen que el capuccino, tal y como lo bebemos hoy en día, se originó en Italia y el nombre se debía al parecido de la bebida con el hábito de los capuchinos.
Actualmente es un término de uso universal, presente en cafeterías de todo el mundo, donde se prepara siguiendo pasos parecidos. El frapuccino, en cambio, es una bebida más reciente, inventada durante la última década del siglo pasado, cada vez más popular pero cuyo nombre no puede usarse con la misma libertad que el primero. Al menos de eso se enteraron hace poco los dueños de una pequeña cafetería en Madrid.
Una pequeña cafetería en la mira de Starbucks
The Coffee Time es una pequeña cafetería de especialidad en Madrid que de golpe ha quedado en el punto de mira de la compañía de comercialización de café más grande y famosa del mundo. Sí, nos referimos a Starbucks, una corporación que ha prestado atención por un momento a esta pequeña cafetería, tan solo para advertirle que deje de usar el nombre de una de sus especialidades.
La advertencia llegó a los propietarios de The Coffee Time a través de un burofax de 17 páginas enviado por el bufete que representa a la marca internacional, donde se indicaba que la palabra “frapuccino” es una marca registrada y que solo puede ser utilizada por la compañía estadounidense.
En el extenso documento se señala que al utilizarla The Coffee Time en sus cartas y en sus páginas web estaban infringiendo leyes internacionales de copyright, derecho de autor. Daban un plazo de siete días a los propietarios para que retirasen la palabra tanto de las cartas como de internet, antes de ir más allá, legalmente hablando.
En la comunicación, los abogados de Starbucks reconocían que la cafetería madrileña ofrecía un producto similar, café frío con hielo, crema y otros ingredientes, y que es posible que creyeran que se trataba de una situación similar a la de otras preparaciones, como el capuccino, pero no es el caso. Los propietarios, ni cortos ni perezosos, procedieron de inmediato a retirar la palabra “frappuccino” y a reemplazarla por “Latte helado”, y de esta manera la situación no se hizo más grave.
Cómo convertir un mal trago en una ocasión de mercadeo
Pasado el susto, los dueños han decidido tomar toda esta historia, y de hecho, la han difundido a través de sus redes sociales, orgullosos de que una corporación como Starbucks, con casi 40.000 locales en más de 80 países, se haya fijado en esta pequeña cafetería de especialidad. Para los propietarios de The Coffee Time, el burofax puede verse también como un reconocimiento a la calidad de los productos y de su presencia en el reñido mundo de las cafeterías.
Y por otro lado queda una lección para todas las cafeterías independientes, y es que hay que prestar atención a los nombres con los que se identifican los distintos tipos de cafés, pues algunos como el frappuccino tienen copyright.
Brevísima historia del frapuccino
Esta palabra fue inventada y registrada por primera vez en 1992 por un reconocido experto en productos derivados del café, George Howell, en el este de Boston, Massachusetts. La bebida fue comercializada por primera vez en la red de cafeterías de Howell, The Coffee Connection. En 1994 Starbucks compró las 24 cafeterías de Howell y con ellas también los derechos para hacer y comercializar el frappuccino, y a tener la exclusividad del nombre.