Desde hace décadas, se sabe que la vida sedentaria combinada con diferentes formas de tensión (laboral, social, familiar), son perjudiciales para nuestra salud. También sabemos que una de las mejores formas de prevenir sus efectos negativos es a través del ejercicio físico, practicando un deporte, acudiendo a gimnasios o llevando a cabo diferentes rutinas físicas.
Al hablar de rutinas físicas, nos referimos a aquellas que nos acompañan desde hace varios siglos, como el tai chi o el yoga. También lo hacemos a otra forma de ejercitarse que cada vez tiene más seguidores, o seguidoras, porque es particularmente popular entre las mujeres, como es la práctica de pilates.
La importancia de los ejercicios que involucran a la mente y el cuerpo
El tai chi, el yoga y el pilates son métodos enfocados en ejercitar la mente y el cuerpo. Los dos primeros conllevan una carga espiritual que a veces puede generar cierta resistencia por parte de quienes tratan de practicarlo, pero no quieren ser “adoctrinados”, mientras que el tercero es más terapéutico.
En Occidente el yoga ha sido la práctica más extendida, pero en décadas recientes se ha popularizado, especialmente entre las mujeres, el método pilates. Se trata de una técnica que combina mente, control de la respiración y ejercicios corporales, y que ha demostrado ser un arma excelente para combatir el estrés al tiempo que mejoramos nuestra condición física.
Cualquiera de estas tres técnicas, practicada durante más de 60 minutos diarios, reduce notablemente el estrés y los estados de ansiedad. Además, son actividades que podemos realizar en casa, en grupos y en gimnasios y salones que se especializan en estas disciplinas. Expertos de Vitónica, una publicación digital enfocada en la salud, señalan algo que ha sido confirmado por muchos estudios, que al hacer ejercicios liberamos endorfinas que contrarrestan los efectos de otras hormonas que propician el estrés y los sentimientos de ansiedad:
“De esta manera, el ejercicio puede ser una respuesta inmediata a los efectos de la ansiedad, pero no solo a corto plazo sino también a medio y largo, ya que nuestro cuerpo se adapta con el tiempo a la producción y gestión de las hormonas”.
Cómo practicar pilates
Este método, que originalmente fue bautizado como “contrología” por su creador, Joseph Pilates, cuenta con poco más de cien años de existencia, y tiene como objetivo desarrollar la mente y el cuerpo a través de una serie de ejercicios repetitivos de bajo impacto, que pueden hacerse con y sin aparatos.
Aunque existen miles de vídeos y tutoriales en plataformas como YouTube, la recomendación cuando se va a comenzar por primera vez es apoyarse en un instructor de pilates. Lo mejor es hacerlo acudiendo a un estudio (que es como se llaman los salones donde se practica esta disciplina), o utilizando los servicios de un instructor particular.
Una profesora titulada de pilates, Raquel Rodríguez, afirma que “lo mejor es empezar siempre con un profesor porque hay conceptos que te va a tener que explicar”, y como una manera de evitar “vicios” futuros (posturas que deben corregirse). El instructor también es importante cuando hay lesiones, porque es probable que haya que adaptar los ejercicios y los movimientos a las necesidades de cada persona.
Rodríguez señala que el pilates es una excelente forma de ejercitarse, y lo recomienda ampliamente: “Es lo único que recomiendo siempre para todo y para cualquier edad. Moverte en el rango más amplio posible de manera segura es siempre ganador”. Actualmente, cualquiera de estas disciplinas que ejercitan al mismo tiempo el cuerpo y la mente se encuentran a nuestra disposición de diferentes formas: en estudios y gimnasios, e incluso en espacios públicos como plazas y parques.
Una vez que demos el primer paso, no nos vamos a arrepentir, y nos vamos a sentir mucho mejor.
