Hay una canción de Joan Manuel Serrat, “Por las paredes”, que habla de la confluencia de pueblos y culturas que contribuyeron a forjar Cataluña, y que perfectamente se puede aplicar al resto de la península, como cuando enumera: “íberos y romanos, fenicios y godos, moros y cristianos”.
A menudo se olvida que los moros, árabes o musulmanes, han estado presentes en la península desde hace más de 1.000 años, a pesar de las “pistas” que han dejado sobre todo en el sur, como la Alhambra en Granada, o la Mezquita de Córdoba. También hay otros monumentos hermosos menos importantes, pero igual de significativos.
El castillo más antiguo de España
Los musulmanes invadieron la península en el 711 y permanecieron en ella hasta 1492. Durante ese período tuvieron avances y retrocesos, luchando y a veces pactando con enclaves católicos, que finalmente lograron derrotarlos de forma definitiva a finales del siglo XV. Como parte de estos desplazamientos militares, los musulmanes construyeron una serie de fortalezas de las que algunas sobreviven actualmente, aunque hay una en particular que ha logrado conservar su estructura original y que es considerada como el castillo más antiguo de España.
Se trata del Castillo de Burgalimar, que constituye el principal atractivo de Baño de la Encina, lo que es mucho decir si consideramos que este pueblo. Además, se encuentra en la lista de los pueblos más bonitos de España. Y realmente lo es, como podremos comprobar si estamos de visita en la provincia de Jaén, en Andalucía. El castillo fue construido por los musulmanes entre los siglos XI y XII y es la fortaleza de ese período más espectacular y mejor conservada de la península, considerada también como una de las fortalezas de Europa más interesantes.
En un corto tiempo la fortaleza cambió de manos varias veces, en la lucha entre moros y cristianos, pero sin que se produjeran daños significativos, y con muy pocas modificaciones en siglos posteriores.
Cómo es el Castillo de Burgalimar
El castillo se ubica sobre una colina, y ya tan solo la vista, que es increíble, es suficiente motivo para recorrerlo. Pero hay más. A diferencia de otras fortalezas musulmanas, el castillo es de forma ovalada, cuando lo común es que fueran circulares o rectangulares. Tiene 100 metros en su eje más ancho y 46 en los lados más estrechos.
La fortaleza fue construida con una técnica ancestral que todavía se sigue utilizando, conocida como tapial, que consiste en levantar las paredes con una mezcla de arcilla, arena, piedras pequeñas y cal. Destaca también por el número de torres, 14, que se levantan un poco por encima de los muros, con almenas o merlones, que son una de las características defensivas principales de los castillos medievales.
Una de las torres fue modificada en el siglo XV y destaca sobre las 13 restantes porque sus dimensiones son mayores y es más alta, por lo que ha sido bautizada como almena gorda. En su interior hay un patio de armas, un aljibe cubierto, y otras modificaciones realizadas en tiempos posteriores por los cristianos.
El castillo de los siete reyes
Tal y como contamos al principio, el castillo cambió de mano en varias ocasiones, y es conocido también como la fortaleza de los siete reyes porque allí estuvieron en algún momento Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y Fernando el Católico. El castillo es Monumento Nacional Histórico-Artístico desde 1931. Actualmente se puede visitar pagando 6,50 euros por persona y participando en una visita guiada que dura unos 45 minutos. Se aceptan mascotas.