La preocupación por el sufrimiento animal es sin duda legítima e implica una revisión a fondo de los modelos de explotación, así como la implementación de reformas para que nuestro trato con los animales sea menos traumático y doloroso. Sin embargo, debe hacerse también teniendo en cuenta las necesidades humanas. Somos omnívoros, comemos de todo, y además tratamos de ser eficientes, de crear sistemas para aprovechar al máximo los animales y plantas que consumimos, y eso nos ha convertido en lo que somos. No es que no podamos cambiar, pero hay que hacerlo sin generar pequeñas, o no tan pequeñas, catástrofes laborales.
Un cambio que va a producir mucho sufrimiento, entre animales humanos
Desde hace algún tiempo, avanza una iniciativa en la Unión Europea conocida como “Europa sin pieles”, que ya ha recogido 1,5 millones de firmas en varios países miembros. En ella se propone prohibir la producción, procesamiento y comercialización de productos fabricados con pieles de animales. Cuando una propuesta tiene más de un millón de firmas de ciudadanos de países pertenecientes a la UE, la Comisión Europea está obligada a debatirla y, en caso de reunir suficientes votos en el Parlamento Europeo, aprobarla.
Pero no nos adelantemos. Por ahora, la Comisión Europea ha convocado a una consulta pública, en la que pueden participar todos los interesados y afectados, para debatir en torno al futuro de la industria peletera. Todo comenzó con la iniciativa pública que comenzó en 2023, conocida como “Europa sin pieles”. Los organizadores piden que se prohíba en el ámbito de la UE la tenencia y el sacrificio de animales para la producción de este material, así como la comercialización de pieles de animales de granja.
La Comisión, por su parte, está invitando a todas las partes interesadas a participar:
“En particular, la Comisión agradecería las aportaciones de los criadores de pieles, las empresas estrechamente relacionadas con el sector de la cría de pieles (productores de piensos, procesadores de pieles, fabricación, etc.); la industria de la confección y la moda de la UE; los consumidores y las organizaciones de consumidores; y las organizaciones medioambientales y sociales”.
Si esta iniciativa prospera, decenas de miles de personas en todo el continente podrían quedarse sin trabajo. En España hay más de cien pequeñas fábricas que se dedican al procesamiento y comercialización de pieles, y unas 50 granjas de explotación de animales exclusivamente para la producción de pieles.
El resto de las pieles son productos derivados de la industria alimenticia, procedente de vacas y otros animales de granja.
¿Quiénes impulsan “Europa sin pieles”?
La aprobación de esta medida va a afectar no solo a algunos sectores poderosos de la industria de la moda y de la confección, también va a dejar sin empleo a zapateros, talabarteros, marroquineros, guarnicioneros, etc.. Con ello, va a acabar con una de las industrias con mayor tradición de Europa. De modo indirecto, va a afectar a agricultores y productores ganaderos, y a generar un nuevo problema ambiental, pues miles de pieles animales sencillamente pasarán a ser desechos.
“Europa sin pieles” es una iniciativa impulsada por organizaciones animalistas como Eurogroup for Animals, FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales) y Anima Naturalis, entre otras. Son organizaciones que se saben mover en ambientes como Bruselas y que manejan muchísimos recursos. A manera de ejemplo, la organización AAP Primadomus declaró en 2020 cerca de 9 millones de euros en ingresos, de los que destinó 6 millones a lograr objetivos.
Las organizaciones animalistas también han logrado colocar militantes en altos cargos de gobiernos, y ciertamente están tocando una fibra sensible, así que es probable que tengamos más noticias sobre este tema en los próximos meses.
