Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo o intentando hacerlo, porque no siempre logramos disponer de las ocho horas que habitualmente se recomiendan, y porque a veces cuando las tenemos no logramos disfrutarlas del todo. El sueño profundo y reparador no siempre es posible, por diferentes razones. Estrés acumulado, preocupaciones, problemas no resueltos, demasiada fatiga, son algunos de los factores que pueden impedirnos descansar. Todo ello evita que logremos recuperarnos después de lo que debió ser una noche de descanso y de recobrar fuerzas para poder afrontar el nuevo día.
Los microdespertares, ¿qué son?
En algunas ocasiones, los problemas para descansar pueden estar relacionados con causas directamente físicas, como las que provocan los microdespertares. Se trata de esas breves interrupciones del sueño, que impiden un sueño más profundo y que hacen que nos levantamos con la sensación de no haber descansado nada, a pesar de haber dormido toda la noche. De acuerdo con Sol de la Torre, una experta en respiración funcional y autora del libro Respira y sana, un microdespertar es una interrupción del sueño durante unos segundos, durante el cual:
“El cerebro sale momentáneamente de las zonas profundas del sueño para entrar en un estado más ligero o incluso de vigilia muy breve, aunque sin llegar a hacerte plenamente consciente”.
Normalmente podemos tener uno o dos microdespertares por noche, sin que esto afecte nuestro descanso. Sin embargo, cuando aumenta su número puede impedir que logremos entrar en la fase de sueño profundo, que es cuando nuestro cuerpo realmente descansa. Agrega Sol de la Torre:
“El resultado es que, aunque hayas dormido las horas correctas, puedes sentirte agotado al día siguiente, con niebla mental, irritabilidad o falta de concentración”.
¿Qué los causa?
Puede haber varias causas externas: mucho ruido, callejero o proveniente de otras habitaciones (televisión, música, voces), cambios en la temperatura o en la luminosidad, pesadillas, movimientos involuntarios o roces físicos con la pareja. Sin embargo, una de las causas más frecuentes de los microdespertares es simplemente respirar por la boca al dormir.
Son muchísimas las personas, más de las que creemos, las que duermen con la boca abierta por diferentes motivos, que van desde obstrucciones en las vías respiratorias, un mal hábito adquirido cuando éramos niños, hasta problemas de ortodoncia. Es una costumbre extendida que ahora nos interesa por su relación con los microdespertares.
La manera de acabar o reducir al máximo los microdespertares
La solución para acabar con este problema y volver a tener un sueño profundo y reparador es volver a respirar por la nariz. Siguiendo a Sol de la Torre, esta señala que al respirar por la boca el aire pasa sin obstáculos y la respiración es más rápida y agitada, lo que propicia los microdespertares; en cambio, al respirar por la nariz la resistencia es:
“En torno a un 50% superior que la respiración bucal y el resultado es una mayor absorción de oxígeno: nada más y nada menos que entre un 15 y un 20% más. Una mayor oxigenación te protege de esos microdespertares tan agotadores para ti y tan confusos para tu cerebro. En realidad, todo son beneficios si cierras tu boca para respirar”.
Si la respiración por la boca está relacionada con un mal hábito y no con problemas físicos que requieren de intervención médica u odontológica, lo que debemos hacer para reducir al mínimo los microdespertares es comenzar a practicar una respiración pausada y profunda, por la nariz.
Este tipo de respiración además favorece la llegada del sueño, al estimular la producción de melatonina, así que nos vamos a dormir antes, y vamos a dormir mejor. Una buena infusión también ayudará al coger el sueño.
