No son buenos tiempos para los propietarios de vehículos de motor de combustión que utilizan combustibles fósiles, es decir, gasolina y diésel. Aunque no lo parezca por el gran número de ellos que vemos a diario, son parte de una tecnología cuyos días están contados. En este sentido, ya hay señales que pueden ser bastante molestas para estos conductores.
Los coches que solo tienen motor de gasolina o diésel ya no pueden ingresar a las denominadas ZBE, las Zonas de Bajas Emisiones, que en algunos casos pueden incluir casi la ciudad completa. En la práctica son discriminados en los canales de circulación privilegiada en autopistas y comienzan a tener problemas para estacionar.
¿Qué es el Icing?
El futuro claramente es de los coches eléctricos, que parecen estar heredando todos los privilegios que van perdiendo los coches con motores convencionales. Por ello es natural que estos no tomen este desplazamiento con agrado e intenten recuperar terreno de alguna manera, aunque pueda constituir una infracción.
Esta es una manera de verlo, la otra es que simplemente desconocen la norma que favorece a los coches eléctricos en determinados estacionamientos, o que al conductor le importa poco ocupar una plaza que no le corresponde. Esto es lo que sucede con los que aparcan, sin derecho, en las plazas para personas con discapacidad.
Se habla de icing cuando un coche con motor de gasolina o diésel aparca en una plaza donde hay una indicación clara de que se trata de un sitio exclusivamente para coches eléctricos. No es cuestión de privilegios, estas plazas están señalizadas porque normalmente son también puntos de carga. Es es la explicación de que tengan un límite de tiempo durante el que pueden permanecer los vehículos, suficientes para para recargar las baterías y continuar.
Para la DGT es una infracción, y conlleva multa
Si buscamos en internet, vamos a encontrar que el icing puede ser un tipo de glaseado que se usa en repostería, pero en este caso, el término es una derivación del acrónimo ICE (Internal Combustion Engine). Es así como se clasifica a los coches de combustión interna. Al estacionar un coche de motor de combustión en una plaza destinada a coches eléctricos estaremos haciendo icing, y también estaremos cometiendo una infracción que la Dirección General de Tráfico castiga con multas que oscilan entre 100 y 200 euros.
La señal R-308
Claro está que, ante la multa, podemos alegar que no conocíamos la norma y no sabíamos que estábamos ocupando un lugar destinado exclusivamente a coches eléctricos. Pero hay algo en el derecho que se aplica perfectamente en estos casos, y es que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, y eso se aplica a la señal R-308.
Estos puestos especiales para facilitar la recarga de coches eléctricos generalmente están identificados con la señal R-308. Son avisos circulares con fondo azul, enmarcado con una franja roja, con una línea también roja cortando el círculo por la mitad. En el interior hay una flecha blanca, que indica el inicio y el final de las plazas.
Bajo este círculo hay un cartel rectangular, con la silueta de un coche cuya línea se prolonga para esbozar un cable de carga, y con la leyenda: “Excepto vehículos eléctricos en proceso de recarga tiempo máximo 2 horas”. Los conductores de coches convencionales deben entender que no se trata de un privilegio para los que pueden pagar un costoso coche eléctrico, que siguen siendo más caros que los de motor de combustión, sino de una nueva modalidad para recargar los vehículos.
Solo tienen que imaginar lo molesto que podría ser que, cada vez que fuéramos a surtirnos de combustible en una estación de gasolina, encontráramos un coche eléctrico aparcado en el lugar donde podemos acceder al surtidor.