Un control especial que la Guardia Civil está realizando sorprende a muchos conductores. Generalmente, cuando los agentes detienen a un vehículo el conductor repasa mentalmente si tiene la documentación y el vehículo en condiciones reglamentarias. El conductor piensa en el carnet de conducir, en la vigencia de la ITV, en las luces, los frenos y en todo lo que podrían encontrar mal en un control. Pero hay algunos que se ponen muy nerviosos porque tienen clara conciencia de que no están cumpliendo con la ley. Y no es precisamente por la documentación o el estado del vehículo.
Conocen perfectamente que el combustible que llevan en el depósito no es legal. Por eso, cuando los agentes le solicitan una muestra del combustible, saben que les espera una multa. En el mejor de los casos, solo eso.
Qué busca la Guardia Civil cuando analiza el combustible del depósito de un coche
Las personas que no conocen del sistema tributario aplicado a combustibles, seguramente no entienden cómo a partir de un análisis se descubre un fraude. Así es. Con solo observar la muestra que extraen del depósito del vehículo, los guardias detectan estafas al Ministerio de Hacienda y Función Pública, más específicamente a la Agencia Tributaria. Cometen fraude tributario quienes usan combustible bonificado, biodiesel casero u otros combustibles no autorizados.
¿Por qué es fraude tributario usar esos combustibles que no están autorizados?
Para entender cómo es esto posible es necesario conocer el sistema de impuestos que paga el combustible en España. El combustible está gravado por dos impuestos: el Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IVA. Además del combustible para uso común, se vende combustible bonificado, que cuesta unos 30 céntimos menos. Este combustible más barato, combustible B, está destinado a usos específicos, ya que apunta a favorecer la actividad económica.
Tienen autorización para usar el combustible bonificado las maquinarias agrícolas y de empresas de construcción, los barcos pesqueros y algunos vehículos especiales que no circulan por la vía pública. Sin embargo, es ilegal usarlo en coches, furgonetas o camiones que se desplacen por las carreteras. ¿Por qué los que lo usan sin autorización cometen fraude? Porque el descuento que se aplica al gasóleo tipo B, llamado “rojo”, lo paga la Agencia Tributaria.
También es ilegal el uso de biodiésel casero o cualquier tipo de combustible que no sean los que venden las gasolineras. Estos combustibles no pasan por el sistema impositivo. Por lo tanto, se evaden los pagos de impuestos. Además, también escapan al control de las condiciones del combustible, de su nivel contaminante y de los riesgos de uso.
Por todo ello, cuando la Guardia Civil controla la muestra de combustible de un vehículo, se fija si es combustible común legal o combustible rojo, que es ilegal fuera de los autorizados. Y cuando corresponde, sanciona.
¿Cuál es la sanción por usar combustibles ilegales?
El uso de combustibles no autorizados, como el gasóleo tipo B u otros ilegales, se sanciona. En algunos casos, estas sanciones pueden ser muy severas. Uno de los castigos es la multa, que puede ir desde 601 € hasta 12.000 €. El importe depende de la cantidad de combustible que lleve en el depósito y de los antecedentes. En caso de reincidencia, la multa puede hasta duplicarse alcanzando hasta 24.000 €.
Además de todo ello, los guardias pueden inmovilizar el vehículo por un tiempo entre 1 y 12 meses. Esta medida se aplica especialmente cuando hay fraude reiterado.
¿Cómo reconocen los agentes el combustible ilegal?
La Guardia Civil puede reconocer el gasóleo tipo B, el bonificado, con solo observarlo visualmente. Es rojo, un tinte que se le pone intencionalmente para diferenciarlo del común. Y, en caso de dudas, los agentes llevan un laboratorio móvil con el que detectan indicios químicos en el combustible que muestra otras ilegalidades. Por tanto, es imposible engañar a estos controles.
Además de que cometen un delito, los conductores deben saber que los combustibles no autorizados dañan el vehículo. La combustión es irregular y los motores no están diseñados para eso. Por lo tanto, es mejor pagar el precio normal del combustible y no las multas o posibles averías del vehículo.
