Cuando se habla de pinchos, enseguida nos viene a la mente una brocheta, es decir, una aguja de metal o una varilla de madera con trozos de diferentes carnes alternados con vegetales, que se pueden asar en la plancha o en la parrilla.
Sin embargo, los pinchos en el norte de España, en el País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias y La Rioja, entre otras regiones, son algo distinto. En la práctica consisten en rebanadas de pan con una porción de comida encima, sujeta con un palillo, del tamaño de un bocado y que se puede acompañar con una caña o un vaso de vino.
Los pinchos caseros gigantes de Casa El Cándano
Queda claro que los pinchos están más cerca de unas tapas que de una comida, pero hay unos en Asturias que rompen con las medidas tradicionales. Se trata de unos pinchos gigantes caseros que están más cerca de un bocadillo que de un picoteo, y que hacen que pobladores y visitantes hagan colas para comprarlos, porque además se pueden adquirir por 1,80 euros.
Esta maravilla casera no se encuentra en ninguno de los grandes centros urbanos de Asturias, sino en La Espina, una localidad con menos de 500 habitantes. Su principal movimiento lo debe al Camino de Santiago, lo que explica las largas colas para comprar los pinchos, donde se mezclan trabajadores locales y peregrinos.
En La Espina se encuentra la Casa El Cándano, a la vez bar y tienda, y que desde hace 50 años presta servicio en esta zona. Es allí donde al fundador del local se le ocurrió la fórmula para convertir el local en un verdadero éxito: los pinchos deben ser “buenos y grandes”.
Es un secreto a voces, es decir, tanto locales como visitantes saben que prácticamente pueden desayunar aquí con solo 1,80 euros. Por lo tanto hay que acercarse temprano, si queremos conseguir variedad en la barra y no pasar demasiado tiempo en la cola de transportistas y peregrinos (en broma afirman que con uno de estos pinchos no hace falta comer más hasta Santiago de Compostela).
De qué son los pinchos caseros gigantes
El bar tienda El Cándano está al final del pueblo, yendo en dirección a Tineo, y además de los pinchos encontraremos una tienda bien surtida con frutas, congelados, conservas, panes y productos locales, como choscos y lacón asturiano, además de otros productos de temporada. La actividad en el local comienza desde muy temprano, pues el fuego para comenzar a preparar los pinchos se enciende a las 5:30.
No hay que estar tan temprano, pero sí antes de las 9:00 si queremos disfrutar y elegir con calma entre los pinchos de tortilla de patatas (que se van muy rápido), los de lacón y los de chosco cocido, pollo, lomo y otros embutidos de la casa. No podemos pasar por El Cándano y no probar el pincho de lacón tierno o el de chosco, un embutido excepcional que es difícil conseguir fuera de esta región, elaborado con lengua y cabecero de lomo, aderezado con ajo y pimentón y con Indicación Geográfica Protegida.
Y una vez que tengas en las manos uno de estos pinchos caseros, verás por qué hay tantos clientes leales a este local, que no dudan en desviarse de su ruta o recorrer una gran distancia para pagar 1,80 euros (preferible si tienes el pago exacto) y comerse el equivalente de dos desayunos en otro lugar. El supermercado, como se califica a sí mismo en el cartel, se encuentra en un cruce de caminos entre los municipios de Tineo, Salas y Valdés, y es parte del Camino de Santiago Primitivo, por lo que quizás puedas disfrutarlo si visitas la zona en estas vacaciones.