Cuando se produce un accidente en una carretera o en una autopista, y quedan obstáculos en la vía, es natural que el tráfico se haga más lento e incluso que se formen atascos. Todo ello puede entorpecer o retrasar el paso de los vehículos que acuden a atender a las víctimas y a despejar la vía, como ambulancias y grúas.
Desde hace décadas los conductores españoles, por puro sentido común y buena voluntad, cuando escuchan una ambulancia o ven avanzar un vehículo oficial con todas las luces encendidas, buscan la manera de apartarse para abrirles paso. Una alternativa que no siempre sale bien, porque no todos los conductores reaccionan de la misma manera.
Una normativa para salvar vidas
Aunque los conductores tengan la mejor intención del mundo, actuar cada uno sin coordinación, tratando de apartarse o quedándose detenido en el sitio, puede retrasar la llegada de ayuda al lugar del accidente. O bien generar pérdida de tiempo en el traslado, minutos que pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
A partir de 2026 se hará obligatoria una medida que ya hasta cierto punto se practica de manera informal, y que también es parte de las normativas desde hace algunos años en otros países europeos: la de crear un espacio a los vehículos de emergencia para que puedan llegar y salir rápidamente de un sitio donde haya ocurrido un accidente.
La nueva norma indica que cuando haya un atasco o una retención causada por un accidente, y haya aviso de paso de vehículos de emergencia, los vehículos deberán apartarse hacia el arcén. El objetivo es crear un pasillo central por el que puedan desplazarse las ambulancias y otros vehículos oficiales que participan en la emergencia.
Según algunos estudios realizados por la Unión Europea, reducir el tiempo de llegada de la ambulancia al sitio del siniestro en solo 5 segundos puede aumentar las posibilidades de supervivencia de los heridos en un 10%.
“Corredores de emergencia”
Los “corredores de emergencia”, como se llama a estos pasillos improvisados, se utilizan en países como Austria y Alemania desde hace varios años, y han logrado reducir hasta en un 30% el tiempo de respuesta de las ambulancias cuando ocurren accidentes.
La DGT estudió este modelo, que también se aplica en otros países europeos, y entiende que su eficacia depende del conocimiento de los conductores sobre lo que deben hacer cuando se aproximen los vehículos de emergencia.
Para ello, la implementación de la norma irá acompañada por una labor de formación y promoción que se llevará adelante tanto en las autoescuelas. En definitiva, se trata de que lo internalicen los nuevos conductores, como a través de redes sociales y otros medios.
La idea es hacer que se convierta en un mecanismo reflejo y que el conductor comience a tomar acciones apenas escuche la alarma sonora. Como consecuencia de la alerta, se aparte hacia la izquierda o la derecha, dependiendo del carril donde se encuentre, hasta crear una especie de tercer carril en el medio, por donde puedan circular las ambulancias.
Cómo aparecerá en el Reglamento de Circulación
El cambio lo veremos en el artículo 32 del Reglamento General de Circulación, que versa sobre la “Utilización de los carriles, fuera de poblado, en calzadas con tres o más carriles para el mismo sentido de marcha”, donde se incorporará “la obligación de abrirse hacia los lados”, cuando haya retenciones o circulación lenta.
Además de las campañas de divulgación, la DGT prevé que durante los primeros años deberá vigilar con cámaras y drones la correcta formación de estos “corredores de emergencias”, y como consecuencia la aplicación de multas cuando un vehículo no siga el procedimiento.