Hay literalmente miles de millones de historias y anécdotas de la pandemia de covid-19 que podrían llenar miles de libros, que podrían colocarse en Amazon y que probablemente nadie compraría. Realmente todos fuimos protagonistas, de distintas maneras, de ese momento casi apocalíptico. Los protocolos en torno a la pandemia generaron enfrentamientos entre diferentes movimientos sociales y políticos y los gobiernos de los distintos países, creando en muchos casos situaciones dramáticas. También produjeron conflictos entre parejas y grupos familiares, causados en parte por la convivencia obligada, que a veces tomaron un sesgo humorístico.
¿Un “Forrest Gump” italiano?
Ocurrió en Como, cerca de la frontera con Suiza, cuando Italia, como una gran parte del resto del mundo, estaba sumida en la peor crisis sanitaria de los últimos 100 años. Fue allí donde, como parte del protocolo de emergencia, había un toque de queda que regía entre las 22:00 y las 5:00 horas. Ocurrió en una de estas noches que un vecino de esta ciudad tuvo una fuerte discusión con su esposa y terminó abandonando su hogar, saliendo a caminar para calmarse y tomar aire fresco, algo que recomiendan muchos terapeutas y personas con sentido común: dar unas vueltas a la manzana o por el parque más cercano hasta disipar el enojo.
Solo que, en este caso, el hombre desapareció siete días, y cuando la esposa naturalmente angustiada volvió a saber de él, se encontraba en otra ciudad, Fano, a 450 km de distancia. El hombre fue encontrado por la policía caminando a las dos de la madrugada, violando el toque de queda; lo llevaron al puesto policial y allí se enteraron de que estaba reportado como perdido desde hacía una semana. Lo alojaron en un hotel y avisaron a su esposa.
¿Por qué se hizo viral en las redes y fue bautizado como el “Forrest Gump” italiano? Porque nuestro hombre enojado declaró a la policía que caminó día y noche, sin subir a ningún vehículo, lo que da un promedio de 65 kilómetros diarios. En todo ese trayecto comió y bebió gracias a la amabilidad de las personas con las que se encontraba en el camino.
Ante la pregunta de por qué hizo semejante locura, emprender una aventura así, sin ninguna clase de preparación, su respuesta simplemente fue: “Salí, tras una discusión con mi esposa y simplemente no paré de andar”. Y no sabía que había recorrido tanto, ni que se había alejado tanto de Como.
La multa, o el precio a pagar por tomar demasiado aire libre
Tal y como mencionamos antes, la esposa ya había denunciado su desaparición a la policía, por lo que recibió el aviso de que su esposo se hallaba en Fano, donde lo encontró sano y salvo. En la práctica, también se encontró con que debían pagar una multa de 400 euros por haber violado el toque de queda (lo encontraron a las 2 de la mañana).
Y a esto hay que agregar que debían pagar también la habitación en el hotel Augusta, donde fue alojado el esposo mientras ella llegaba a buscarlo. No es difícil imaginar que el regreso no debió haber sido en paz y armonía.
Algunos consejos
Es cierto que cuando salimos de casa en medio de una discusión casi nadie toma previsiones, pero pasadas algunas horas podemos usar el móvil para decir dónde estamos o qué pensamos hacer.
Vivimos tiempos extraños, por lo que si decidimos tener un arrebato de furia y descargarlo caminando, también es bueno saber si existe alguna clase de restricción, como una situación de guerra, o alguna clase de apocalipsis zombi. En cualquiera de los casos, hay que recalcar de avisar a nuestros familiares sobre nuestro paradero, para evitar sorpresas.