Sillones, muebles de cocina y baño, chimeneas, colchones y cabeceros, cuadros, espejos y puertas de madera… Este es el panorama que se vive actualmente en muchas calles de El Espinar. Una larga lista de objetos que muchos vecinos han decidido depositar en las islas de reciclaje, junto a los cubos de basura o en cualquier terreno sin construir.
La llegada de vecinos a sus segundas residencias ha provocado que las calles se llenen de este tipo de enseres que deberían de ser llevados al punto limpio o recogidos por el servicio habilitado por el Ayuntamiento. Además, otro de los problemas que ha surgido con fuerza es el de los restos vegetales. Las bolsas de basura con restos de césped y poda vuelven a acumularse en las aceras, algo que denuncian desde la Plataforma Residuos Verdes de El Espinar.
“Como era de esperar, comienzan a surgir de nuevo los problemas con los restos vegetales en el municipio, justo cuando llega la época de siegas, desbroces y demás labores de jardinería. La fingida calma que vivimos durante el invierno sólo respondía a la escasa cantidad de restos vegetales de épocas invernales. El sinsentido de obligar a los vecinos a llevar los restos como si su coche fuera un camión de la basura, unido al limitado horario de las parcelas de acopio, provoca que numerosos vecinos abandonen sus bolsas por los núcleos o que utilicen los contenedores de residuos ordinarios para deshacerse de ellos”, argumentan desde la Plataforma.
Sin embargo, en el Ayuntamiento de la localidad continúan pensando que el cambio en la recogida de residuos verdes “sigue siendo un éxito total”. El sábado pasado se recogieron 560 bolsas sólo en el núcleo de Los Ángeles de San Rafael. En total, 1.392 vecinos se han registrado como usuarios de este servicio al adquirir la tarjeta que proporciona el Consistorio, y sólo en el mes de mayo se han registrado más de 200 nuevas solicitudes (de las cuales 53 son de Los Ángeles).
En cuanto a los abandonos de muebles y demás objetos voluminosos, la postura del Ayuntamiento es clara: o bien son llevados al punto limpio o se llama al servicio habilitado todos los lunes para su recogida. Un servicio que en esta época del año se queda corto y que desde el Consistorio ya planean ampliar para la próxima licitación del contrato de residuos.

Para evitar que la localidad se encuentre llena de basura, un equipo de tres trabajadores municipales, tres veces por semana, recorre las calles del municipio para limpiar todos los abandonos. Además, en los presupuestos municipales aprobados a principios de este mes, se incluyó una partida de 12.000 euros “para las limpiezas extraordinarias de vertidos ilegales o incontrolados que aparecen por todos los núcleos”.
La última medidas que sopesan en el Ayuntamiento es emprender acciones legales contra las personas que sistemáticamente incitan al abandono en la redes sociales o se jactan del estado de las calles en señal de protestas contra el servicio implantado hace un año.
