Romper con la amenaza de una masiva subida de impuestos y drásticos recortes en el gasto público en Estados Unidos está ahora en la mano de la Cámara de Representantes del país después de que el Senado aprobara dos horas después de que terminara el plazo de la medianoche del 31 de diciembre, la legislación que pretende evitar el llamado abismo fiscal.
El texto que han negociado el vicepresidente demócrata Joe Biden y el republicano Mitch McConell salió adelante, a pesar de las dudas, con una mayoría aplastante de 89 votos a favor y ocho en contra, si bien las mayores dificultades se esperan en la cámara en la que los republicanos tienen mayoría y en la que ayer permanecieron reunidos para solventar este escollo. De no aprobarse, supondría que las familias con ingresos anuales entre 40.000 y 68.000 dólares -entre 31.000 y 53.000 euros- podrían pagar 2.000 dólares más al año si no se prorrogan los recortes que en su momento aprobó George W. Bush.
La medida «evita una subida de impuestos para el 98 por ciento de los estadounidenses y el 97 por ciento de los dueños de pequeños negocios», sentenció el presidente Barack Obama, quien instó a la Cámara de Representantes a «aprobar sin dilaciones» el proyecto de ley tan pronto como sea posible. Aunque el mandatario apeló a la necesidad de premura para que entre en vigor la ley, la emisora CNN citó al jefe del grupo republicano en esa institución, Eric Cantor, asegurando que aún no se ha decidido la votación, por lo que no se esperaba que tuviera lugar ayer mismo.
En lo que sí coincidieron los republicanos es en aludir la falta de alusiones a los recortes del gasto público en la ley aprobada en el Senado, «una preocupación universal entre los asistentes a la reunión», aseveró Rory Cooper, número dos del partido en la Cámara. Durante la cita, el presidente de la entidad, John Boehner, y el propio Cantor «han presentado opciones y han escuchado las respuestas», añadió.
Para contar con el visto bueno de la Cámara de Representantes se necesitaría el voto a favor de casi 30 escaños de las filas conservadoras, que hasta ahora se han mostrado firmemente decidida a no acompañar la propuesta defendida por el partido de Obama.
Los líderes de los dos partidos anunciaron que todavía tienen que estudiar el acuerdo, a pesar de que se creía que el pacto estaría cerrado antes de la apertura de los mercados financieros de hoy, pero las conversaciones podrían alargarse incluso hasta mañana, lo que deja al país técnicamente en recesión.
Con lo logrado hasta el momento se ha conseguido que las exenciones fiscales para la clase media se prolonguen, pero los hogares con ingresos superiores a 450.000 dólares al año (341.000 euros) pagarán más impuestos. «Ni los republicanos ni los demócratas consiguieron todo lo que querían, pero este acuerdo es lo correcto para el país», indicó Obama.
Los republicanos intentaron mantener los recortes de impuestos a todos los ricos, y los demócratas pretendían que la subida de tasas comenzara a partir de los que ganan más de 200.000 o 250.000 dólares. Según fuentes de las filas demócratas, las partes acordaron que los recortes de ayudas que automáticamente entraban en vigor en 2013 a gran escala se aplazaran durante dos meses para ganar tiempo y diseñar un mejor programa de ahorro.
Los medios de comunicación señalaban ayer que el compromiso prevé que se prorroguen las ayudas para más de dos millones de desempleados. A cambio, los demócratas acordaron aumentar el impuesto de sucesiones.
