El español Rafa Nadal sentenció su pase a su quinta final de Roland Garros con una cómoda victoria ante el austríaco Jurgen Melzer y ahora luchará por el quinto título en París ante su verdugo el pasado año, el sueco Robin Soderling, toda una revancha, porque el premio es, además, recuperar el número uno del mundo.
Con el sol en todo lo alto y 27 grados de temperatura, el juego del tenista balear subió lo suficiente para degollar a un rival que se coló de forma sorpresiva en las semifinales, por un contundente 6-2, 6-3 y 7-6.
Su rival será Soderling, finalista el pasado año, que superó al checo Tomas Berdych en cinco sets, por 6-3, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-3.
De recuperar el trono, Nadal emularía a Jimmmy Connors, Bjorn Borg, John McEnroe, Ivan Lendl, Mats Wilander, Stefan Edberg, Jim Courier, Pete Sampras, Andre Agassi, Marcelo Ríos, Gustavo Kuerten, Lleyton Hewitt y Roger Federer, que también cedieron su corona y la recuperaron luego.
El mallorquín firmó su victoria en la capital gala en dos horas y nueve minutos, ridiculizando a Melzer al principio, dejándole sin fuerzas, controlando el juego desde el fondo y aprovechándose de la testarudez de su zurdo adversario, que se empeñó durante gran parte del encuentro en retar la derecha del de Manacor.
Solo al final del partido, cuando el español sirvió con 5-3 para cerrarlo y cedió su saque con una doble falta, el duelo cobró tensión. Melzer se adelantó 6-5 y el de Manacor forzó el desempate, donde estuvo abajo 0-2. Necesitó tres puntos de partido para cerrarlo, con un bola del austríaco a la red.
A pesar de todo, el pupilo de Toni Nadal jamás estuvo en peligro ante un jugador al que había derrotado antes dos veces sin ceder una manga, en los Juegos Olímpicos de Pekín y el año pasado en el Masters 1.000 de Madrid.
Melzer lo intentó todo, subir a la red incluso con el segundo servicio, dejadas (su golpe preferido), pero su rocoso juego de fondo, que sirvió para ganar el partido de su vida contra el serbio Novak Djokovic en cuartos, de cuatro horas y 15 minutos, no le sirvió de nada ante un contrincante que aspira a convertirse en el segundo tenista que gana cinco veces Roland Garros, después del sueco Bjorn Borg, que triunfó en seis ocasiones (1974-75 y 1978-81).
dos abajo. Mientras tanto, Robin Soderling estuvo dos sets a uno abajo ante Berdych, pero su espíritu de lucha le llevó a dar un giro a un duelo que parecía perdido. El sueco recibió un aviso por parte del juez de silla cuando lanzó su raqueta al suelo, reacción que siguió a la pérdida de su saque en el undécimo juego del tercer set.
En el siguiente, el checo cerró la manga con cuatro saques directos. Cualquiera se hubiera desesperado, pero no el escandinavo, al que Borg ha designado como futuro número uno del mundo.
Berdych se apagó ante la fortaleza de un rival capaz de conectar un paralelo en carrera después de tres horas y media de batalla, y su juego se diluyó, mientras Soderling se golpeaba el pecho, infundiéndose ánimos. Además, su entrenador, Magnus Norman, finalista en París el año 2000 ante el brasileño Gustavo Kuerten, le enviaba sensaciones positivas desde su lugar en la grada.
El nórdico acabó con 18 saques directos y lleva ya un total de 69, el mejor en ese aspecto, y un año después de vencer a Nadal se enfrentará con él de nuevo.
Será el sexto duelo entre ambos, con 3-2 para el balear, que ha perdido los dos últimos, los octavos de Roland Garros en 2009, y luego en la primera fase de la Copa Masters de Londres.
