A veces, para conseguir un objetivo, no vale con hacer todo lo posible. A veces también hay que contar con la suerte, o asegurarse de que otros también trabajarán por ti en el momento decisivo, cuando ves que, con la sola ayuda de tus fuerzas, es posible que no llegues a la meta. Y ayer al Unami le fallaron sus fuerzas a un paso de conseguir la meta de la permanencia. La suerte, aquella que le fue esquiva a la hora de sumar puntos que se escaparon por un error en el remate, o por un desacierto arbitral, no la tuvo de su lado prácticamente nunca a lo largo de la temporada. De lo de las “ayudas” extra, mejor no hablar. Porque si el presidente de la AFE es capaz de justificar las primas a terceros por la victoria en Primera División, ¿qué no se justificará en Tercera?
Al equipo de Tito Domingo le bastaba un empate frente al Beroil Bupolsa para asegurarse la continuidad en la Tercera División, y los segovianos dependían tanto de sí mismos que les daba igual si el Becerril, el otro implicado en la lucha por la permanencia, ganaba a La Bañeza, que era seguro, o si de paso el Bupolsa recibía un incentivo a su profesionalidad, que… quizá. Es decir, que no había factores externos que pudieran influir a las ganas de los azules por mantener la categoría.
Pero esas ganas del Unami no pudieron contrarrestar a los errores defensivos que cometió el equipo segoviano, y que le costaron el 1-0, obra de Márquez, que dejó en nada Fran marcando un penalti sobre Quino. Volvieron a adelantarse los locales por medio de Guti, pero esas ganas de los segovianos les llevaron de nuevo a empatar el choque, en esta ocasión después de un testarazo de Morales, que llevó el 2-2 al tiempo de descanso.
Los errores, fatales
El Unami sabía que la profesionalidad del Bupolsa iba a llevar a los locales a continuar buscando la victoria con mucha fe, y en el ecuador del segundo período un nuevo error defensivo le dio la oportunidad a Pekas para superar a Mario, poniendo el 3-2 en el marcador.
Y fue en ese momento cuando las prisas de los visitantes por volver a poner las tablas en el partido fueron bien aprovechadas por los jugadores burgaleses, que aprovechando los huecos que dejaban los segovianos en la búsqueda del 3-3, marcaron otros dos tantos que llevaron el tremendo disgusto a las filas del Unami, que con 40 puntos vio cómo el average particular le colocaba directamente en la Regional de Aficionados. Dicen que, al final, la Liga pone a cada uno en su sitio. Pero el del Unami no merecía ser el de los puestos de descenso. A veces no basta con ponerlo todo.
