El comienzo de la extracción de yeso en Valle de Tabladillo se pierde en la noche de los tiempos. El diccionario de Pascual Madoz (1845-1850) ya indicaba que Valle de Tabladillo exportaba yeso “a todos los pueblos [de Segovia], pero especialmente a San Ildefonso y a la capital”. La extracción continuó a lo largo del siglo XX, hasta que, en los años 80, el negocio se fue a pique. ¿La razón?. “Este yeso es muy fuerte, y los yesistas no lo querían porque se quedaba duro rápidamente. Pero nadie dirá que había otro yeso mejor que el de aquí…”, defendía Eleuterio Poza, el último yesero de Valle de Tabladillo, que pasó los últimos años de su vida enseñando su mina, “La Peña de los Letreros”, a quien se lo pedía.
Según explica el geólogo Andrés Díez Herrero, coautor, junto a José Francisco Martín Duque, del libro “Las raíces del paisaje”, este yeso de Valle de Tabladillo se originó cuando el mar Cretácico que cubría la provincia de Segovia se fue retirando, hace unos 70 millones de años. Tras esa retirada quedaron lagunas costeras, en las que se produjo una precipitación química, quedando en el fondo de estas albuferas sal común y yeso. La sal se disolvió, mientras que el yeso se fue compactando, transformándose así en alabastro [la composición de ambos es la misma: sulfato de calcio hidratado]. Eleuterio Poza y todos los que le antecedieron en el oficio dedicaron su vida a hacer el trabajo inverso al de la naturaleza: convertir el alabastro en yeso.
Tras el fallecimiento de Eleuterio Poza, en 2005, su mina quedó prácticamente abandonada. Sin embargo, desde esa fecha, diferentes particulares, asociaciones e instituciones han tratado de poner en valor este rico patrimonio histórico y minero, proponiendo recuperar algunas de las galerías para su uso con fines turísticos y didácticos.
El pasado domingo, 4 de agosto, un equipo multidisciplinar (geólogos, ingenieros de minas, arqueólogos…) se reunió en Valle de Tabladillo para iniciar un proyecto que concluya con la apertura al público de las minas de yeso. Entre los presentes figuraron Josep María Mata-Perelló, de la Universidad Politécnica de Madrid, o Ángel García Cortés, jefe del área de Patrimonio Geológico y Minero del IGME, así como numerosos componentes de la asociación “Geología de Segovia”. El jefe de la sección de Minas de la Junta en Segovia, Fernando Pedrazuela, explicó que, al haber terminado la concesión minera, ahora corresponde al Ayuntamiento impulsar la recuperación de su actividad. En ese sentido, la primera labor será la elaboración de un extenso informe sobre la situación actual de las minas de yeso, cuyos autores se desplazarán en los próximos meses a Valle de Tabladillo para realizar los estudios pertinentes. El Ayuntamiento y la familia Poza se encargarán del alojamiento y manutención de estos técnicos, que no cobrarán por su trabajo.
Una vez redactado el informe, llegará entonces el momento de captar fondos para el acondicionamiento de los accesos a las minas así como la adecuación de su interior. De la búsqueda de financiación se encargará, en principio, la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.
Todos los participantes en el proyecto, que comparten su ilusión por la recuperación de las minas, han presentado una comunicación al XIV Congreso sobre Patrimonio Geológico y Minero, que tendrá lugar en Castrillón (Asturias), explicando su pretensión de reabrir las minas de yeso de Valle de Tabladillo para uso turístico.