Pasadas las diez de la mañana, la alarma acústica de los detectores térmicos instalados en el aparcamiento subterráneo de Padre Claret sonaba sin descanso, mientras que una densa humareda blanca podía verse salir de las rejas de ventilación más próximas a la rotonda que une la avenida con la calle Soldado Español y Via Roma. Todo parecía indicar que un incendio ponía en riesgo la seguridad de esta infraestructura, pero finalmente todo quedó en un susto para los viandantes y vehículos que pasaban por la zona, ya que el incendio era sólo un simulacro preparado por el Cuerpo de Bomberos de Segovia. En el marco de la formación permanente que llevan a cabo durante el año, los bomberos eligieron este año los aparcamientos subterráneos para poner a prueba el protocolo de intervención en estos peculiares recintos, donde el principal enemigo a batir no sólo son las llamas, sino el humo y la escasa visibilidad.
Apenas cinco minutos después de recibir la llamada realizada desde el puesto de control del aparcamiento, dos dotaciones de bomberos llegaban hasta el aparcamiento y comenzaban a desplegar el mangueraje necesario para atacar las llamas. Con equipos autónomos de respiración por aire comprimido, que les dan una autonomía de 40 minutos, comunicación por megafonía externa y linternas de posicionamiento, los bomberos llegaron hasta la planta -3 del aparcamiento, donde el simulacro había situado el foco del fuego, que fue rápidamente sofocado para posteriormente emprender las labores de ventilación de la zona afectada por las llamas.
En la superficie, la Policía Local se encargaba de regular el tráfico en Padre Claret, ya que los vehículos de bomberos obligaban a alternar la bajada y subida por la avenida para evitar retenciones.
El jefe de bomberos de Segovia, José Luis del Pozo, destacó el éxito del simulacro y aseguró que «siempre hay aspectos mejorables, pero a nivel global, hemos cumplido con todos los procedimientos de intervención en instalaciones soterradas, que ha sido consensuado durante las sesiones teóricas previas al simulacro; aunque somos conscientes de que la realidad siempre es más dura que cualquier simulación».
Por su parte, Cándido Fernández, responsable de la empresa Isolux-Corsan que gestiona el aparcamiento subterráneo, recordó que esta instalación cuenta con una completa red de detectores de humo, calor y CO2, así como extintores repartidos en todas las plantas que permiten «proceder de forma autónoma en siniestros de pequeña entidad sin recurrir a los bomberos». Asimismo, recordó que el aparcamiento no ha sufrido nunca un siniestro de estas características desde que abrió sus puertas.
La concejala de Medio Ambiente y Protección Civil, Paloma Maroto, asistió también al simulacro, y anunció la intención de extender estas prácticas en aparcamientos subterráneos y garajes privados pertenecientes a comunidades de propietarios, con el fin de poder extender la protección y la prevención también en estos recintos.