En plena disputa del Tour de Francia, Pedro Delgado quiso encontrar un hueco para presentar su nuevo libro, ‘A golpe de micrófono’, con lo que él mismo definió como “sus amigos y vecinos”. La Portada del Mediodía, en Torrecaballeros, fue el escenario elegido por el campeón segoviano para realizar el acto, en el que estuvo acompañado por el periodista José Miguel Ortega, “el que ha dado forma a todas las historias que le fui contando”, y por su inseparable Carlos de Andrés.
El acto comenzó con una impuntualidad muy puntual, al modo ‘Perico’, una de las señas de identidad que el mismo protagonista reconoce. ‘A golpe de micrófono’ recoge muchas de las anécdotas que el ex ciclista ha recopilado de su etapa como comentarista, –algunas muy valientes como los casos de dopaje y la figura de Lance Armstrong– “en la que ya lleva más años de los que compitió”, como añadió Ortega.
El propio Pedro Delgado define su publicación como “un libro que no es de ciclismo como el primero —’A golpe de pedal—, pero con el que la gente se hará una idea muy clara de como son las carreras por dentro”. Las 262 páginas de las que dispone la obra son “insuficientes”, como afirman los autores, “ya que no hemos podido contar todas las anécdotas que queríamos, y otras que nos hemos querido guardar”.
El segoviano afirmó que cuando la editorial le propuso escribir este libro, durante la disputa de la Vuelta Ciclista a España del año pasado, se lo planteó como una suerte de memorias de su etapa como comentarista, ya que, como reconoció, “en ese momento pensé que mis días en la televisión habían llegado a su fin. Estuve a punto de no comentar el Tour de Francia de 2013, y estaba convencido de que la Vuelta sería mi última carrera de tres semanas con el micrófono”.
Por suerte, como el propio Delgado comentó, “este año se han aclarado las cosas y he estado más tranquilo en cuanto a mi trabajo”, con lo que no descartó escribir un tercer libro que recoja más momentos de su nueva profesión”.
Tanto José Miguel Ortega como Carlos de Andrés coincidieron en que “se trata de un libro muy divertido, como no podía ser de otro modo con una persona como Pedro”. Como conclusión, Ortega definió la obra como “un libro muy Perico”.
