El equipo de Gobierno (PP y Ciudadanos) rechazó una moción de la oposición (PSOE) en el último pleno de la Diputación, sobre la posible fusión de municipios en la comunidad, y ambos grupos acusaron a los socialistas de “demagogos” y “mentirosos” por plantear tal iniciativa en periodo electoral y justificada en “falsedades”. La exposición de motivos de la moción comenzaba recordando unas declaraciones públicas del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, “en las que plantea la fusión de municipios, llegando a manifestar que no es razonable dar servicios en municipios de 50 personas”. Y a partir de ahí el diputado de Ciudadanos, Ángel Jiménez Polo, y el portavoz del PSOE, Máximo San Macario, empezaron un cruce de acusaciones, del estilo de comparar a los socialistas con los nazis, “porque una mentira repetida 1.000 veces se convierte en una verdad”, hasta sacar a la palestra a la ex diputada de Ciudadanos, después no adscrita, y ahora popular, María Cuesta, a la que los socialistas no consideran que debiera haber leído el manifiesto contra la despoblación, hace unos días en la Diputación, calificándola de “conversa política”. Mientras que uno negaba las palabras de Igea y el otro pedía a la corporación un acuerdo para rechazar cualquier fusión o eliminación de municipios, el portavoz del Grupo Popular, José María Bravo, intervino para manifestar que la Diputación “siempre ha defendido y defenderá el municipalismo”, añadiendo que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, en la última conferencia de alcaldes, “ya dijo que nunca iba a cruzar la línea roja de las competencias municipales”. “Las uniones de municipios se pueden producir siempre que quieran los propios municipios. No vamos a insistir en este debate estéril y demagógico”, apuntó. El presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, cerró el debate, asegurando que “no vamos a entrar en este debate. Nos debemos por igual a Perosillo que a Cuéllar, y se ha dejado claro tanto en la Junta como en la Diputación”.
Por otro lado, el debate sobre el actual sistema de Atención Primaria en Castilla y León, que se generó tras la moción planteada por el PSOE para que no se retire a ningún facultativo de los que actualmente prestan sus servicios en los consultorios de la comunidad, reflejó las diferencias entre equipo de Gobierno y oposición sobre este tema. Mientras que los socialistas cuestionaban las últimas manifestaciones de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, y acusaban a PP y Ciudadanos de querer “desmantelar” la sanidad rural en Segovia y en toda Castilla y León, tanto el portavoz del Grupo Mixto, Ángel Jiménez, como el del Grupo Popular, José María Bravo, censuraban la actitud de la oposición, “cuando hablan de cosas que dan por hecho y no pasan”, al referirse al cierre de consultorios médicos. “Nosotros –explicó Jiménez– trabajamos sobre la tierra. El presidente del Colegio de Médicos de Valladolid ha mostrado su apoyo a la modificación del sistema sanitario que proponemos y dice que las reformas son necesarias, y anima a huir del debate político, lleno de demagogia, que ustedes apoyan”. Por su parte, José María Bravo, reconoció que hay que poner en marcha un plan estratégico, “de acuerdo con todos los políticos, ayuntamientos y comunidad médica”.
El portavoz del PSOE, Máximo San Macario, admitió que los “hechos no están consumados, pero es el inicio del camino”. “Creemos en la repoblación de nuestra comunidad con todo tipo de servicios, aunque no haya gente, con trabajo en los sectores que se pueda, y con transporte virtual y físico para mejorar las comunicaciones”, señaló.
