El Viveros Herol Nava se despidió de la Copa del Rey de balonmano en la tercera ronda, con la cabeza bien alta después de haberle hecho sudar tinta china al Ángel Ximénez Puente Genil en el encuentro de vuelta de la eliminatoria copera, que el equipo de Dani Gordo tuvo en la mano con el 17-20 a quince minutos para el final, pero que finalmente terminó con un empate que, sin duda, representa toda una victoria moral para el equipo de División de Honor Plata, que llegó al encuentro frente al equipo de Liga Asobal sin Oleg Kisselev ni Agustín Casado, pero que mostró su tremendo potencial, su gama de recursos ofensivos, y una defensa que, en el primer tiempo, dejó en tan solo ocho goles al conjunto de casa.
Llegaba el conjunto segoviano al encuentro con la ausencia de Agustín, pendiente como está de una resonancia que (ojalá) descarte una lesión importante de rodilla, pero con la lección bien aprendida del choque de ida ante el Puente Genil, que en Nava había sido un poco mejor, destacando tanto en la portería como en una ofensiva que la defensa navera no terminó de interpretar de la manera más correcta. Pero que en el partido disputado en el pabellón Alcalde Miguel Salas, el Viveros Herol impartió un master defensivo, sobre todo en la primera parte, con un Yeray Lamariano imperial bajo palos, pero también con unas ayudas extraordinarias a la hora de cerrar los espacios por los que los locales querían colarse, sin éxito.
SIN PERDER EL MANDO
Aunque la iniciativa del choque fue andaluza en los primeros minutos de juego, el Viveros Herol aprovechó dos minutos de inferioridad local para darle la vuelta al electrónico, pasando a liderar el choque con ventajas de uno y dos goles, evidentemente insuficientes para pensar en gestas mayores, pero sí válidas para poner un punto de nerviosismo en las filas cordobesas, que estuvieron cerca de diez minutos sin poder anotar un solo tanto.
El 8-10 con el que se llegó al descanso reforzó la moral de los jugadores de Dani Gordo, que en el arranque de la segunda parte continuaron por la misma línea de la primera, llevando al Puente Genil a las cuerdas con un 9-13 que obligó al técnico local a pedir tiempo muerto para ‘poner las pilas’ a sus hombres, que no encontraban la manera de frenar a un ataque segoviano en el que la ausencia de Agustín llevaba al equipo a buscar más variantes ofensivas. Una de ellas fue la de Álex Tello, que con seis goles recordó al de la pasada temporada.
MÁS DIFÍCIL SIN ÁLVARO
El Ángel Ximénez se agarró a la pista, y llevando sus acciones ofensivas al límite, fue poco a poco agrietando la hasta entonces pétrea defensa del Viveros Herol, que perdió a Álvaro Rodrigues, al que un fuerte golpe en el cuádriceps dejó sin poder ayudar al equipo en el tramo final del choque. Así, a diez minutos para la conclusión el equipo segoviano había perdido sus cuatro goles de renta con el empate a 21, pero evidentemente seguía muy vivo en la eliminatoria. Tanto fue así que Isma Juárez tuvo en sus manos la posibilidad de haber devuelto la ventaja a los segovianos, pero al igual que sucedió en Nava de la Asunción, el portero De Hita realizó dos intervenciones de mucho mérito, la primera en un lanzamiento de siete metros, y la segunda despejando un claro lanzamiento en un contragolpe segoviano, que hicieron imposible que el Balonmano Nava consiguiera acabar el partido por delante en el marcador, aunque a quince segundos para el final vencía por un tanto.
Pero el Puente Genil marcó en su última acción ofensiva, y al finalizar el choque, el 28-28 que reflejó el luminoso puso al Viveros Herol Nava fuera de la Copa del Rey, pero sin duda reivindicó a un equipo segoviano que se puede marchar de vacaciones de Navidad con la sensación de estar en el camino correcto.
