No fue una remontada histórica, pero el Viveros Herol Nava sí logró una victoria que trajo brotes verdes a un equipo que parece comenzar a asumir que para ganar partidos en esta segunda vuelta de competición va a tener que encajar un gol menos que su oponente, en lugar de marcar uno más. Y frente a un Ademar que quería ganar el partido, y no hay más que ver la intensidad con la que Manolo Cadenas vivió el encuentro para comprobarlo, el conjunto segoviano mostró competitividad, físico y ganas de ganar. Alguno de esos elementos faltó en partidos precedentes.
De primeras, no había ambiente de remontada en el pabellón municipal de Nava de la Asunción, que no presentaba el lleno habitual en sus gradas. Siempre es un poco más difícil buscar el milagro cuando no tienes todo a tu favor, pero a pesar de ello el equipo de casa salió con una buena intensidad defensiva, frenando ese buen inicio ‘clásico’ del Ademar, que tardó cuatro minutos en marcar su primer gol.
El problema para los naveros era que en ataque faltaba finura en los lanzamientos, con la defensa del Ademar protegiendo muy bien la enorme figura del guardameta griego Papantonopoulos, que cerró su marco tan bien como lo hizo Patotski en la portería local. De esta manera el partido apuntaba a ser de pocos goles, pese a que algunos ramalazos en forma de contragolpes hacían ver que a poco que la ‘cosa’ se descontrolara, ambos conjuntos estaban preparados para martirizar al contrario a base de velocidad en las transiciones.
DEL 11-8 AL 12-12
Hubo un momento, a siete minutos del descanso, en el que el 11-8 marcado por Paco Bernabéu y la exclusión de Liapis parecía abrir la puerta a un momento mágico. Pero de nuevo los ataques en superioridad se convirtieron en la rémora para el conjunto segoviano, que recibió un parcial de 1-4 que llevó el partido al 12-12 con la llegada del descanso.
Pese a que el Ademar no usaba prácticamente a Gonzalo Pérez Arce, su jugador más desequilibrante, la intensidad defensiva que ponían los de Manolo Cadenas, con Santista especialmente acertado en el central, bastaba para contener los ataques segovianos, con Moyano como único lanzador desde los nueve metros, bien sujetado por su par.
La intensidad defensiva, con muchos jugadores poniendo de su parte, y la aparición de Smetanka en ataque, claves de una victoria que cambia la tendencia
Así que Zupo eligió a los ‘pequeñitos’ para tratar de mover la bola en primera línea, y si Rodrigo Pérez Arce es todo un seguro a la hora de atacar el marco contrario, la aparición de Tomas Smetanka resulta toda una bendición a la hora de buscar alternativas ofensivas ante defensa que se cierran en los seis metros.
Porque el eslovaco leyó bien los espacios, dobló la bola cuando tenía que hacerlo, y se lanzó hacia la portería de Bomastar eligiendo bien los momentos para hacerlo. Pero además de Smetanka, en el extremo derecho Paco Bernabéu comienza a parecerse al jugador que firmó por el Balonmano Nava y que deslumbraba en los lanzamientos, así que por ese lado Zupo tiene alguna alternativa más por donde incidir.
UNA DEFENSA EN LA QUE APOYARSE
Ahora bien, si en ataque los brotes verdes comienzan a verse (y solo falta que Óscar Marugán se suelte definitivamente para que Nava pueda amenazar por los dos costados y libere algo más a Vujovic, imprescindible en el ‘dos’ defensivo) es precisamente en defensa donde esos brotes germinaron con más fuerza, con una línea central muy aguerrida, más Adrián Rosales echando una muy buena mano y Patotski poniendo su enormidad al servicio del grupo.
Cierto es, no vamos a engañarnos a estas alturas, que el Ademar se sabía con la eliminatoria decidida y alargó mucho sus ataques, pero no es menos cierto que cuando el conjunto leonés quiso apretar para ganar el partido, se encontró con un rival terriblemente concentrado en defensa, que le dejó en cuatro goles marcados en los últimos quince minutos de encuentro, el último de ellos conseguido a seis minutos de la conclusión.
Al duelo no le faltó la polémica, porque los árbitros expulsaron a Manolo Cadenas a tres minutos para el final, con Nava ganando por 26-23 y Ademar defendiendo con solo cuatro jugadores. Pero Bomastar rechazó el lanzamiento de Carlos Villagrán que hubiera podido abrir la puerta a algo más que una victoria. Al final, todos acabaron más o menos contentos, el conjunto leonés por su clasificación para la Final a 8, y el Viveros Herol Nava porque parece renacer después de un inicio de año muy malo.
