No piense, ni por asomo, que le voy a dar la ‘lata’, (ej. Cansar a alguien; molestar con algo monótono o aburrido), antes bien, prefiero poner algo de ‘chispa’ en lo que escribo. Como hizo –lo tomo como ejemplo-, un comerciante segoviano que en la puerta de entrada al local colgó el siguiente rótulo: ‘Se necesitan clientes, no es necesaria experiencia’. Muestra del ingenio que nunca debe faltar.
Y ahora, sin más, aquí les dejo lo que sigue.
Santos Martín Sedeño.- (2) Hijo de Pedro y Ana. Estudió humanidades en Atienza (GU) y después en Alcalá (M). Con 30 años, ya sacerdote, fue ‘destinado’ a Duruelo, donde realizó una gran labor sacerdotal. Junto al párroco de Duratón, Cristóbal Rubio, y cuando ambos buscaban materiales para acabar de construir la casa sacerdotal de esta localidad, descubrieron en la zona de lo que pudo ser la ciudad romana de Confluenta y concretamente en el yacimiento arqueológico de Los Mercados, amplios vestigios de aquella época. Los pusieron en conocimiento del obispo, Sáez de Santamaría, llegando los ‘sonidos’ hasta la corte de Carlos IV, que les animó a continuar.
Pero… cuando Sedeño se encontraba realizando la labor investigadora que le atraía, una noche de septiembre de 1797 fue asaltada su casa de Duruelo por el bandido Vicente Melero ‘cuatro ojos’, al que acompañaba una banda de 16 miembros, que le despojaron de cuanto tenía. Para completar la ‘faena’ le tendieron sobre una mesa para asesinarle, y la punta de un cuchillo penetró en su garganta. La Providencia, a través de una sobrina residente en su casa, le salvó de aquel peligro. Poco tiempo después fueron presos los ladrones, Sedeño no pudo sobrellevar el miedo a lo ocurrido, y al mes siguiente renunció al curato.
En 1798 fue nombrado (propuesto) por Carlos IV como abad-canónigo magistral, presidente del Cabildo y gobernador eclesiástico de la Real Colegiata/Abadía del Real Sitio de San Ildefonso.
Sobre el Real Sitio escribió varios libros, a cuya lectura animo. Sus restos yacen en el Cementerio del Real Sitio, cuyo recinto fue el primero de España en construirse entre los civiles. Mandato de Carlos III.
De publicaciones.- Iniciada su andadura en el año 1890, la Revista Carmelitana nació de los Padres Carmelitas en su convento de La Alameda de La Fuencisla. Sus primeros números se confeccionaron en la imprenta de Rueda, pasando posteriormente a la de Viuda de Santiuste. A finales del referido año trasladó su ‘redacción’ a Madrid, donde cesó en su publicación en los días finales de 1891.
Otra publicación de corta vida fue la revista, ‘Segovia’. Se iniciaba como semanario dominical de la idea y ‘mano’ de Ignacio Carral de la Torre, que también ejercía de director. Era el mes de julio 1923, pero recién nacida le ‘pilló’ el golpe de estado de Primo de Rivera y el proyecto del escultor se quedó en eso.
También les traigo disposiciones de aquel tiempo correspondientes al Ramo de la Guerra que aparecían en la Gaceta de Madrid (2) y que afectaban a Segovia. Lean:
‘Se ha dispuesto por el ministro de la Guerra (Miguel Correa y García) que la Comandancia de Ingenieros de Madrid proceda a formular el proyecto de obras necesario para instalar en el Alcázar el Archivo General de Guerra, mandado crear por Real Orden de 17 de noviembre de 1897’. Se dispone también que por la misma Comandancia se redacte el oportuno proyecto para trasladar el Parque Central de Artillería –ubicado entonces en el referido Castillo-, a la Maestranza de Artillería de la plaza de Segovia. Así se hizo y ahí quedó.
En la calle Real.- Ocupando la finca 5 y 7 de Juan Bravo existía en el lugar el hospital conocido como ‘Antezana’. En enero de 1890 todavía estaba en servicio. En esa fecha, la Ciudad adquirió el dominio sobre el citado recinto pagando por la gestión a servicios jurídicos privados. Por la defensa abonó 1.078 pesetas. Con el trámite se pudo llevar a efecto la inscripción en el Registro de la Propiedad en fecha de 12 de noviembre de 1889. Era alcalde Francisco Santiuste y secretario Manuel Entero.
Vera Cruz.- ¿Se han parado, iniciada la subida a Zamarramala, para observar la cruz que entre la carretera y la referida iglesia se ‘colocó’ en 1572? Sepan que el acuerdo para construirla lo firmaron el cantero Juan de Segovia y el cura y diputados de la Vera Cruz. A tal efecto se hicieron las gradas de piedra berroqueña labrada ‘donde iría encajada una cruz de madera para el cementerio de la iglesia’. El protocolo fue firmado el 10 de diciembre de 1571. El paso de los tiempos y los avatares de la climatología hicieron que la cruz de madera, ya irreconocible, fuera sustituida por la que actualmente existe, de caliza y de una sola pieza.
Plaza Mayor.- Verano de 1900. Dos sucesos ‘llegaron’ para alterar la monotonía (o la otra). A modo de relato breve, hago saber: por causa de hurto, robo o sustracción, que todo cuenta a la hora de juzgar la acción, fue puesta a disposición judicial, tras detenerla en el susodicho lugar bajo sospecha, Julia Alonso, al haber encontrado la policía en su poder una ¡sábana! cuyo robo se había denunciado en la comisaria.
¡Un disparo!- Otro suceso, este mucho más sonoro, alarmó a las gentes del lugar. La tarde había caído sobre la ciudad y se vislumbraba la noche (¡cursi, que eres un cursi! (1)). De pronto, como de ‘sopetón’, el ruido de un disparo hizo que todas las miradas se dirigieran al establecimiento de Julián Fuentetaja, al que se le ‘escapó’ un disparo del revólver que tenía en su comercio. El susto fue morrocotudo (algo muy grande o extraordinario). En la tienda no había clientes en ese momento ¡Válgame!
====
(1) Palabras textuales del corrector hacia mi persona.
(2) Martín Sedeño (Prádena 1758-Segovia 1839)
