El sistema público de pensiones en nuestro país, es una herramienta de equidad y de equilibrio intergeneracional que ha demostrado eficacia, pero que no puede ser ajeno a los nuevos retos ante el aumento exponencial del número de trabajadores del ‘baby boom’ que llegarán a la finalización de su vida laboral y al aumento de la esperanza de vida, lo que exige contar con más ingresos para afrontar los pagos de las pensiones y para dar cumplimiento a las recomendaciones del Pacto de Toledo.
Las recetas del PP y de sus rancios socios, ya las conocemos, ponerse en contra de subidas del SMI, de las pensiones con respecto al IPC, políticas viviendas, bonos jóvenes, proponer bajar impuestos para después exigir al gobierno de España más recursos y ayudas a las CCAA y entidades locales, empresas, etc. lo que al final desemboca en privatizaciones y recortes en los servicios públicos de nuestro estado de bienestar (sanidad, educación, servicios sociales, dependencia) en las familias y sobre todo en quien más ajustado tiene su realidad personal.
Frente a ello, me parece adecuado dentro del marco del diálogo social, profundizar en la propuesta de aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social, para aumentar el fondo de reserva de las pensiones, que el Gobierno del PP ha dejado tiritando y que es necesario para pensar en equilibrios de presente y certidumbre de futuro. Esta subida acordada por el Gobierno y los sindicatos, supone subir 0,5 puntos porcentuales la cotización de las empresas y 0,1 puntos la de los trabajadores, que se aplicará a partir de 2023. Además por debajo del nivel europeo.
Para un trabajador con la base mínima de 1.050 euros mensuales, la cotización adicional equivaldrá a 1,05 euros menos en la nómina
Dependiendo de la base de cotización, la nómina mensual neta de los trabajadores disminuirá aproximadamente entre 1 y 2,5 euros, lo cual parece en todos los sentidos razonable ante la oportunidad de apuntalar el futuro del sistema público de pensiones. Por poner un ejemplo, para un trabajador con la base mínima de 1.050 euros mensuales (12.600 euros anuales), la cotización adicional equivaldrá a 1,05 euros menos en la nómina (12,6 euros menos al año). En este caso los empresarios tendrán que cotizar por ellos 5,25 euros mensuales más (63 euros al año).
El PP y la ultraderecha, demuestran que no apoyan a los trabajadores, porque se posicionan en contra de la subida de salarios, del SMI, de las pensiones, y ahora de asegurar la ‘hucha de las pensiones’ por el valor de ‘una caña al mes’, también evidencian que su obsesión es posicionarse en contra del Gobierno, a contracorriente aunque perjudique a la inmensa mayoría de españoles.
La semana además tiene otros episodios de clamorosas metidas de pata del todavía líder del PP, el señor. Casado, cuando dijo que “a la izquierda sólo le gusta la energía solar, pero a las ocho de la tarde, no había posibilidad de que emitiera por ser de noche”, evidenciando su grado de ignorancia con respecto al almacenamiento de la energía. O también cuando “comparó en materia de incendios a los agentes forestales con cabras u ovejas”, lo que ha supuesto un profundo malestar entre los profesionales, al comprobar que ni sabe de energía, ni de incendios, ni de cabras u ovejas. Realmente, ¿de qué sabe? Claro, de crispar, hablar más de su país y no arrimar el hombro para avanzar después de la terrible pandemia. A pesar de todo, España es muy grande y avanzará con paso firme en la recuperación, para que llegue a todos los rincones, que es lo que realmente debería ser prioritario.
(*) Diputado del PSOE por Segovia
