Grecia celebrará el próximo 17 de junio otras nuevas elecciones. Los comicios parlamentarios serán cruciales para decidir el futuro del país en la UE y en el euro, como se encargó de advertir ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, reiteró que quiere que la nación helena permanezca dentro de la eurozona, pero siempre que respete los compromisos adquiridos.
El presidente griego, Karolos Papoulias, acordó la fecha con los representantes de los partidos con representación en el Congreso y designó al jefe del Consejo de Estado, Panagiotis Pikrammenos, responsable del Gobierno interino, que gestionará los comicios. Formalmente, hoy se constituirá el Parlamento elegido el pasado 6 de mayo, pero tras la jura de los diputados, será probablemente disuelto mañana o pasado.
Esta nueva cita con las urnas será decisiva para ver si Grecia continúa en la eurozona. Y es que, en el caso de que los partidos radicales que rechazan el rescate de la UE aumenten su apoyo en estas elecciones -una opción que apuntan todos los sondeos-, la nación podría verse amenazada por el cese de las ayudas internacionales y, con ello, por una bancarrota estatal. Incluso, se habla de una posible salida de la moneda comunitaria.
La segunda formación más apoyada el 6 de mayo, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), que podría resultar ganadora el 17 de junio con más de un 20 por ciento de los votos, mantiene su postura de rechazar el paquete de ahorro acordado con los acreedores, una opción que, según advirtióo Papoulias, podría obligar a Atenas a declarar la suspensión de pagos.
Por ello, Durao Barroso instó a los ciudadanos «a tomar una decisión plenamente informada sobre las alternativas, teniendo en cuenta que estas elecciones serán históricas para el futuro del país», al tiempo que resaltó que «queremos que Grecia siga siendo una parte de nuestra familia, de la UE y del euro».
Eso sí, consideró que relajar el plan de ajuste que se exige a los helenos a cambio del rescate de 130.000 millones de euros minaría la «credibilidad», tanto de la propia nación como del conjunto de la eurozona. «No hay manera de cambiar los compromisos asumidos por el país y también por los 16 Estados miembros».
Confianza
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, aseveró que su «preferencia» es que Grecia siga dentro de la moneda única, aunque dejó claro que para lograrlo no pondrá en riesgo su mandato de mantener la estabilidad de precios y proteger su balance.
También Merkel reiteró que quiere que el territorio heleno permanezca dentro de la zona euro, pero advirtió a Atenas de que, para ello, debe respetar las reglas y cumplir con los compromisos adquiridos. «Pienso que sería bueno para todos nosotros», incidió.
En este sentido, señaló que si Grecia cree que Europa puede encontrar más estímulos además de lo acordado con la troika -la CE, el BCE y el FMI- habrá que hablar de este tema, pero avisó de que es necesario que Grecia y sus socios de la eurozona tienen que ser capaces de confiar los unos en los otros.
