Después de unos días en los que parecía que, tanto los políticos, como los empresarios, alejaban la opción de acudir a la Unión Europea para solicitar ayuda, ayer el presidente de BBVA, Francisco González, volvió a avivar el debate al afirmar que España debería acudir a las instituciones del Viejo Continente «cuanto antes, siempre que sea posible». Según el dirigente financiero, el rescate es necesario para que la compra de bonos soberanos por parte del Banco Central Europeo (BCE) surta su efecto beneficioso sobre la financiación del país y del conjunto de las empresas y contribuya así a reactivar el crédito.
El mandatario bancario consideró que, aunque finalmente no se utilice la totalidad de los recursos europeos, se trata de «un camino que abre las puertas» para que el instituto emisor continental apoye a la nación en el mercado secundario.
«A partir de ese momento, España emite (deuda) a precios más bajos y eso tiene un efecto positivo en la banca y en la economía», explicó el presidente del BBVA, partidario de que no se hable de rescate, sino de línea preventiva de crédito o financiación, porque no será similar al apoyo recibido por Grecia o Portugal.
En este escenario, enfatizó que la firmeza con que el organismo que preside Mario Draghi ha respaldado de forma ilimitada la estabilidad de los mercados financieros del euro «marca el principio del final de esta crisis» y argumentó que «los que están apostando en contra del Viejo Continente y del euro se equivocan».
Al ser cuestionado sobre si considera que dicho apoyo europeo podría acarrear efectos en las pensiones de los españoles, González se limitó a pronosticar que habrá «menos renta per cápita», porque «no hay milagros», pero quiso dejar claro que no le cabe duda de que el país saldrá de la crisis como un Estado mucho más eficiente y competitivo. Será «un gran país en 10 años», vaticinó.
Según sus previsiones, la economía española se contraerá un 1,5% este año, y entre un 0,5% y 0,7% en 2013, para emprender un crecimiento de «pocas décimas» en 2014 y avanzar por esta senda.
Por otro lado, González subrayó que considera «difícil» que los inversores internacionales entren en el capital del banco malo y anunció su disposición a hacerlo, a falta de conocer los detalles de esta sociedad de gestión a la que las entidades nacionalizadas traspasarán sus activos inmobiliarios dañados.
El dirigente sostuvo que BBVA está abierto a transferir activos y meter capital en este vehículo «en beneficio del banco y del país», lo que defiende como fundamental para obtener éxito empresarial. nuestro país».
Además, hizo hincapié en que en un año el sector financiero nacional estará formado por 10 u 11 entidades, encabezadas por dos grandes y dos o tres medianas que podrían seguir consolidándose.
