La Junta de Castilla y León delimitará una amplia zona de protección para preservar los «importantes» restos de un antiguo puente sobre el arroyo Clamores hallados en la Plaza del Doctor Gila, en el barrio de San Millán. Como desveló EL ADELANTADO, los restos de la construcción, que podría remontarse a los siglos XVII y XVIII, salieron a la luz, el pasado jueves, durante las obras de canalización de redes de suministro que acometía la empresa Unión FENOSA, en la zona próxima a una pequeña plazuela, frente al supermercado «Sebas».
El delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, destacó ayer que el hallazgo tiene «un gran valor, no se si artístico, pero desde luego histórico, porque este puente delimita un trazado urbano e hidráulico que nos ayuda a entender cómo era la ciudad hace al menos cuatro siglos». Las palabras de López-Escobar son refrendadas por el arqueólogo territorial, Luciano Municio, quien admitió que se trata de un descubrimiento «importante, de cierta entidad» porque «nos ofrece nuevos datos para documentar la historia antigua de Segovia».
La zanja abierta por Unión FENOSA apenas permite dislumbrar los restos de un puente de dos ojos construído con sillares de granito y con dos apoyos con sillares de caliza y mampostería. La construcción corresponde «con toda seguridad», según Municio, a uno de los cinco puentes sobre el antiguo cauce del arroyo Clamores que están documentados a principios del siglo XIX en la zona de San Clemente y San Millán. La investigación abierta por el Servicio Territorial de Cultura, que dirige el arqueólogo territorial, Luciano Municio, indica que los restos corresponderían al denominado «Puente de San Millán‘ o bien al que se conocía como «Puente de los Barreros». En este sentido, los expertos trabajan con planimetría de principios del siglo XIX, donde se relacionan el entramado de puentes que permitían sortear el arroyo Clamores.
A la espera de un análisis más profundo sobre la datación de los restos, Municio cree que este puente pudo construirse en el siglo XVIII, entre principios de este siglo y, como muy tarde, en la primera década del siglo XIX. El arqueólogo sostiene que sobre el año 1700 se produjo una gran inundación que arrasó con buena parte de los puentes sobre el curso del arroyo Clamores. «Todavía no sabemos si este puente sobrevivió, si incluso podía ser anterior o fue uno de los que se reconstruyeron después de la inundación», indicó ayer el arqueólogo.
El hallazgo de los restos ha puesto de relieve un curioso descubrimiento. Y es que la ubicación del puente presume un recorrido fluvial del Clamores que contradice el trazado que dibujó el arquitecto Joaquín Odriozola y Grimaud en el plano de la ciudad de Segovia de 1901.
Municio sostiene que, en efecto, el plano de Odriozola, de gran calidad, indica que el arroyo Clamores discurría por otro lugar distinto al que ha evidenciado este puente, aunque, según el arqueólogo, hay planos anteriores, de 1830, que documentan «perfectamente» el antiguo cauce del río y localiza todos los puentes que existían hace siglos. Son estos planos los que están utilizando los expertos para intentar averiguar de qué puente se trataba y una fecha más aproximada de su construcción.
El puente ahora descubierto indica que el trazado del arroyo Clamores por el barrio de San Millán se desvió aprovechando su soterramiento, en los primeros años del siglo XIX.
El arroyo Clamores llegó a provocar no pocos problemas a la ciudad, no solo por sus malos olores, sino porque provocaba inundaciones con cierta frecuencia, algunas con importantes daños. Por este motivo, se comenzó a encauzar el arroyo, bajo tierra, bajo una gran boveda. En algunos puntos, como ahora se ha descubierto gracias al hallazgo del puente, los trabajos desviaron el cauce fluvial primitivo.
Buena parte de las obras para encauzar el arroyo Clamores se produjeron a lo largo del siglo XVIII, si bien otras han sido muy recientes, en el propio siglo XX, como la que soterró el tramo entre Sancti Spiritu y el paraje de la Fuencisla. Municio cree que las obras para encauzar el Clamores en San Millán se produjo alrededor del año 1800.
El arqueólogo territorial mantiene que el encauzamiento del arroyo era conocido por planos antiguos. «Lo que no sabíamos es que en el barrio de San Millán hubo una modificación del trazado, el puente que hemos encontrado así nos lo revela», afirma el arqueólogo.
A la vista de la ubicación de las dos bóvedas del puente, situadas en paralelo a la actual calzada de la Plaza del Doctor Gila, y a la pequeña plazuela que se sitúa junto al supermercado «Sebas», se ha descubierto que el cauce del Clamores discurría por la que hoy es calle Hermanos Barral, y que, con seguridad, el arroyo rodeaba a cielo abierto el Palacio Ayala-Berganza y atravesaría lo que hoy es la manzana del edificio que conforman las calles Los Carros, Las Carretas, la Plaza de Doctor Gila y la calle de San Millán. Curiosamente, el Clamores discurre soterrado a lo largo de las calles que conforman el perímetro de esta finca. En consecuencia, el puente ahora descubierto indica que el trazado del cauce del arroyo se desvió en San Millán aprovechando su soterramiento a principios del siglo XIX.
A la luz de la importancia del hallazgo, el propósito inicial de la Junta de Castilla y León, según explicó ayer el delegado territorial, Javier López-Escobar, era abordar un plan de excavación completa para documentar toda la construcción que permanece bajo tierra. «El hallazgo es de suficiente entidad como para que nos tomáramos el tiempo y el trabajo necesario para descubrir lo que hay, pero, por desgracia, las circunstancias nos lo impiden».
López-Escobar sostiene que existe un tendido eléctrico que impide la excavación en dirección a la finca tapiada que se sitúa al lado, en dirección a la calle Los Carros. La otra opción es excavar en dirección a la calzada de la Plaza de Doctor Gila para, al menos, sacar a la luz las dos bóvedas de granito del puente. Sin embargo, según el delegado, esta tarea supondría «levantar toda la vía pública y cortar la calle durante un periodo más o menos largo». «No parece que sea el momento más oportuno, y además los restos no corren riesgo, porque el trazado del gas ha sido desviado», indicó el delegado.