La jornada de ayer de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid tuvo un nombre propio, el de David Delfín. En un ambiente muy industrial, el diseñador hizo una promesa de futuro basado en piezas muy limpias. Vestidos ultrafemeninos con hombreras para ellas y camisas y pantalones short de vestir para ellos fue lo más visto en una propuesta muy elegante y ponible. Un desfile que tuvo un broche final de lujo bajo los acordes de Mario Vaquerizo, Alaska y Bimba Bosé cantando Absolutamente, que convirtieron la pasarela en una auténtica fiesta. Así, David Delfín quiso mirar al mercado más comercial acercándose a él a través de colores básicos como el blanco, el negro o el piedra.
La mujer llega pisando fuerte sobre botines de vertiginosos tacones de aguja. Y para ellos, estructuras armadas con hombreras en blanco o en negro. Delfín ha dado un tijeretazo a los pantalones, dejándolos por la rodilla.
En un segundo plano quedaron diseñadores consagrados como Hanníbal Laguna que elevó la elegancia del negro a su máxima expresión. Llegó un tributo a los lienzos del pintor Julio Romero de Torres en una propuesta sutil cargada de siluetas largas y románticas. Una oscuridad que solo fue rota por el dorado.
Por otra parte, una década después de sumergirse en el diseño, Ion Fiz quiso hacer una retrospectiva a su carrera rescatando modelos y cortes que le han catapultado a la primera línea. Desde los estilos más dandy para el día hasta el puro glamour para la noche, Ion rindió un homenaje al patronaje clásico y estructurado que aprendió de su gran mentora: su abuela. Como un viaje a bordo de los aviones de los años 50 en la película El Aviador, el diseñador recurrió a esa elegancia clásica.
El espíritu de la época dorada del jazz volvió de la mano de Teresa Helbig. Con el vestido como pieza fundamental, se conjugó materiales como el terciopelo, la gasa o el cuero en un juego de transparencias. Una propuesta elegante y sensual que promete conquistar gracias a su versatilidad.
Seguidamente, llegó la propuesta de Ana Locking. La cápsula del tiempo se abrió en los 20. Los cortes sencillos se fusionaron con los geométricos.
Una vuelta al pasado también fue el hilo conductor de la andaluza Juana Martín, que miró a la década de los 50 con una revisión de los looks más lady y enriqueciendo las prendas con auténticas joyas. Una apuesta por los tonos alegres como el rosa o el verde, conjugados en armonía con otros básicos, como el camel o el negro.
Por su parte, el estilo sencillo de Kina Fernández hizo gala de su tradición. En la pasarela se recreó una vía urbana en la que los diseños se caracterizaron por su estilo desenfadado y cómodo sin perder la sofisticación y la feminidad.
