Cuando un equipo tiene diez ocasiones de gol en los primeros 30 minutos de partido, además de marcar dos tantos y estrellar otro remate en el palo, lo normal es que la victoria caiga de su lado, y que (si es el equipo de casa) los espectadores se marchen con una gran sonrisa en la boca después de haber presenciado un gran encuentro. Pues ayer con la Segoviana se cumplió la primera máxima, pero los aficionados se quedaron muy fríos después de que, en la hora de juego que siguió a esos 30 minutos mágicos de los azulgranas, lo mejor que se vio sobre el mojado césped de La Albuera fue el pase que Bachi filtró entre los defensas gimnásticos, y que supuso el gol de Quique, que hacía el 3-1 final.
La Segoviana salió al campo con su intención habitual de hacer daño por las bandas, aunque con Asier Arranz comenzando por la derecha, y Ramón Marín por la izquierda. Por su parte, el Almazán trató de ser ambicioso en su juego defensivo, sabedor de que adelantando sus líneas podía desactivar el juego gimnástico como lo hizo el Unami siete días antes. Pero el equipo de Luis de Miguel cometió un error que fue fatal en la primera parte, ya que su centro del campo adelantaba su línea, empujando a la delantera a buscar a los centrales azulgranas, pero la defensa se quedaba muy retrasada, generando unos espacios enormes que supieron aprovechar de manera muy efectiva tanto Dani Calleja como Asier Arranz para conectar con un Edu que no tardó en darse cuenta de que era cinco veces más rápido que cualquiera de los dos centrales que le marcaban.
De esta manera, no tardaron en crearse las primeras ocasiones de gol del lado gimnástico, cargando siempre por la banda derecha, hasta que en el minuto 11 de partido, Asier vio perfectamente el desmarque de Dani Calleja para enviarle un balón a la espalda de la defensa, y éste vio con igual claridad la llegada de Ramón Marín al segundo palo, donde le envió el balón que se convirtió en el 1-0.
Tras el tanto local, llegaron unos minutos de vendaval en los que el portero del Almazán, Miguel Ángel, tuvo trabajo de sobra para rechazar dos lanzamientos al muñeco de Edu, que en su tercer remate ajustó tanto su lanzamiento que acabó rebotando en el palo, y tuvo la suerte de cara en un centro de Borja al que no llegaron por milímetros ni Asier, ni Edu, y que finalmente Ramón Marín no logró precisar en su remate, marchándose el balón demasiado alto.
La Segoviana le había dado a su afición suficientes razones para que ésta entrara en calor a base de aplaudir, pero quedaba el toque final, el que puso Víctor Pérez, que enganchó un lanzamiento precioso y preciso que quitó las telarañas de la portería soriana, en un auténtico golazo.
Parecía que la Segoviana quería más, pero tras el comentado remate al palo de Edu, y la sustitución de Javi por el lesionado Ramón Marín, el equipo azulgrana se frenó en seco, dejó que su rival tomara aire y pudiera controlar la pelota, y de generar un río de ocasiones de gol pasó a recibirlas en un último cuarto de hora irreconocible. Tanto fue así que Durán tuvo que emplearse a fondo en un remate cercano de Jesu dentro del área que se hubiera convertido en un inquietante 2-1 de no haber sido por la gran intervención del guardameta gimnástico.
Tras el paso por los vestuarios, la Segoviana salió con renovados bríos, buscando un tercer tanto que cerrara el choque. Como el Almazán resultaba inabordable por las bandas, con Márquez y David Martín realizando un partido muy completo, el conjunto gimnástico trató de percutir por el centro, donde tanto Ibai como Gonzalo no podían con la velocidad tanto de Edu como de Javi. La prueba evidente de este hecho llegó en el minuto 50, cuando Ibai llegó tres días tarde a la internada de Javi, arrollándole de manera tan clamorosa que la acción del defensor soriano se convirtió en uno de los penaltis más claros de la historia. Víctor Pérez hizo el 3-0 desde el punto de penalti, de resultas que el máximo goleador de la Gimnástica Segoviana es su lateral izquierdo. Así es el fútbol.
Si con el 2-0 la Segoviana ya había pisado el freno, con el tercer tanto directamente puso la marcha atrás, porque fueron bastantes más los pases que el equipo gimnástico dio hacia la portería de Durán, que hacia la de Miguel Ángel. Javi y Edu (¡bendita juventud!) trataban de ir hacia delante, pero el acompañamiento era mínimo, porque el equipo no quería más que dejar pasar los minutos esperando que el árbitro señalara el final del encuentro.
El Almazán quiso al menos mejorar su imagen, y lo consiguió en el tramo final del encuentro, sobre todo en la acción del 3-1, en la que la calidad de Bachi en el pase, y la tranquilidad de Quique en la definición superaron a la defensa gimnástica. Un duro remate de Juanmi desde la frontal que se marchó fuera por poco dejó una sobrada muestra de que la Segoviana había reculado demasiado, así que en los últimos diez minutos de partido el cuadro local no quiso más sorpresas, llevándose al final una victoria justa y merecida, pero que dejó un regusto amargo en los aficionados, que vieron las dos caras de un equipo capaz de generar en media hora un extraordinario caudal de fútbol, pero también de volverse timorato e impreciso en otros momentos del partido.
