Los juegos de la política rozan en ocasiones el surrealismo. La modificación urbanística para permitir el desarrollo de los sectores A y B —los terrenos junto a la carretera de La Granja, entre la Ciudad Deportiva y el restaurante Lago— no se someterá al pleno del Ayuntamiento previsto para el próximo lunes. Toda una sorpresa, —para disgusto de los promotores y propietarios de esta bolsa de suelo, que suma casi un millón de metros cuadrados— porque el asunto había sido incluído ayer en el orden del día de la Comisión de Urbanismo. Y porque el PP había dejado entrever, tanto a los técnicos de Urbanismo como en declaraciones a este diario que, esta vez, sí apoyaría la propuesta.
Un ‘arrebato’ del alcalde, según algunos, impedirá que el próximo lunes el pleno del Ayuntamiento analice la cuestión, salvo que vuelva a convocarse, por urgencia, la Comisión de Urbanismo, minutos antes de la sesión plenaria, y los grupos voten un dictamen favorable, algo que no se aún no se descarta.
«Yo hago el ridículo una vez, pero no dos». Fueron las palabras del alcalde, Pedro Arahuetes, tras enterarse, por boca de la concejala del PP, Raquel Fernández, de que los populares, en la Comisión de Urbanismo, no iban a votar a favor del proyecto, que prevé la construcción de casi 6.500 viviendas junto a la carretera de La Granja. Su voto iba a ser la abstención, aunque, casi con toda seguridad, éste se iba a transformar en uno positivo en la sesión plenaria.
La postura del PP enfureció al alcalde, que daba por hecho el voto positivo de los populares en la Comisión. Arahuetes había hecho caso a sus técnicos, que le habían garantizado, días antes, el apoyo del PP al proyecto; un respaldo que no se había producido hace cuatro meses. Y es que, en el mes de abril, los populares habían tumbado el proyecto en el pleno al aprovechar la ventaja de una superioridad numérica poco frecuente. Tanto Giráldez (PSOE) como Peñalosa (IU) tuvieron que inhibirse de la votación al ser propietarios de terrenos en la zona
Al inicio de la Comisión, Fernández advirtió que los populares se iban a abstener en relación al proyecto de urbanización de las denominadas áreas A y B en el argumento de que apenas habían tenido tiempo para revisar la documentación que se les había entregado. La concejala había recibido el proyecto y el informe de los técnicos de Urbanismo apenas 24 horas antes del encuentro de ayer.
Al margen de la queja por el escaso tiempo para analizar los informes, Fernández aclaró que esta abstención únicamente respondía a este hecho, esto es, al interés de comprobar toda la documentación y verificar que todas las modificaciones que exigieron los populares habían sido introducidas en el texto para cumplir la legalidad; como el hecho de que hubiera suficientes dotaciones de equipamientos y espacios libres acordes con el aumento en el número de viviendas y, en consecuencia, de habitantes.
El asunto a estudiar y debatir era la modificación del Plan General (PGOU) para permitir aumentar el número de viviendas en estos dos sectores y pasar de 4.979 a 6.459 viviendas.
Lo cierto es que la abstención del PP no supone obstáculo para que la Comisión, con los votos del PSOE, pudiera emitir un dictamen favorable. Basta una mayoría simple. Sin embargo, en el pleno este dictamen, al afectar a una modificación del PGOU, debe ser ratificado por la mitad más uno de los miembros de la cámara, esto es, por 13 de los 25 concejales. Como quiera que tanto Giráldez (PSOE) como Peñalosa (IU) son propietarios de terrenos en la zona, deben inhibirse en la votación, con lo que el voto favorable del PP se antoja imprescindible.
ridículo El alcalde tenía muy presente lo que ocurrió en el mes de abril; y no quería pasar otra vez por el «ridículo», según sus propias palabras, de volver a presentar la propuesta y de que el PP la volviera a rechazar. En estas circunstancias, Arahuetes tomó una decisión radical: retiró ayer el asunto de la Comisión de Urbanismo y, por tanto, ni siquiera se produjo la votación. «Ya avisé de que no volvería a llevar este asunto a un pleno hasta que no tuviera conocimiento de que el PP iba a votar a favor y así se lo hice saber a los responsables de Urbanismo«, dijo ayer el alcalde.
Arahuetes indicó que incluyó el proyecto en el orden del día de la sesión porque los técnicos le habían expresado la voluntad del PP de apoyar el proyecto. «Les han confundido a los técnicos, y yo he decidido retirar el asunto antes de que se votara, tiene que haber una actitud inequívoca de que el PP va a votar a favor, ahora no había garantías», añadió Arahuetes, quien, no obstante, se mostró «convencido» de que el proyecto se incluirá en la sesión del mes de agosto con lo que «perderemos un mes más».
Fernández (PP) no entiende la actitud del alcalde. «La Comisión podía aprobarlo, incluso con nuestro voto en contra, que no era así, le propuse que se aprobara y que antes del pleno le diríamos nuestro sentido del voto, de manera que si optáramos por rechazar el proyecto podía retirar previamente el asunto del orden del día de la sesión plenaria pero no le ha dado la gana», añade. La concejala del PP reiteró ayer que la voluntad inicial de los populares es apoyar el proyecto, máxime cuando el informe de los técnicos es ahora favorable al haber introducido diversas modificaciones para amoldar el proyecto a la legalidad. Sea el lunes o al mes siguiente, todo hace indicar que el proyecto será aprobado y por unanimidad. Lo demás son juegos de la política.
