La detención, el pasado miércoles, del etarra Lander Fernández en Italia sirvió para confirmar la hipótesis con la que desde hace tiempo vienen trabajando los expertos en la lucha antiterrorista. Los miembros de la banda y su entorno han encontrado en ese país uno de sus refugios favoritos en su huida de la presión que sufren en Francia. Pero, además, los Cuerpos de Seguridad del Estado también han detectado la presencia de la organización en el Reino Unido e Irlanda.
La última pista transalpina relacionada con ETA se produjo hace apenas unos días, tras la captura de Oroitz Gurruchaga y Javier Aramburu. El que fuera catalogado por Interior como jefe militar de la organización criminal y su acompañante llevaban consigo en el momento de su arresto armas, un kilo de explosivo, material informático y diversa documentación falsa, entre la que se encontraban pasaportes españoles, franceses e italianos.
En el último año, las Fuerzas de Seguridad han contado con más indicios sobre la conexión italiana, como la detención el pasado mes de junio del etarra Iñaki Domínguez Atxalandabaso, arrestado con numeroso material para confeccionar bombas cuando hacía en tren el trayecto entre Turín y Chambery, una localidad al este de Francia, cercana a la frontera transalpina y a una hora en coche de Ginebra (Suiza).
Según fuentes antiterroristas, Atxalandabaso se encontraba encuadrado en algún puesto relevante del aparato logístico de ETA y se sospecha que los componentes que portaba los podría haber comprado en el mercado negro italiano. Entre otros enseres, también se le intervinieron varios centenares de circuitos electrónicos, resistencias, diodos, cables, fichas electrónicas y circuitos impresos. Portaba también dinero en efectivo (2.000 euros y 500 dólares).
También ha habido otros precedentes en los últimos años a menor escala, como la detención en Roma de tres miembros de Segi en junio de 2010. Fermín Martínez Lakunza, Artzai Santesteban Arizkuren y Zuriñe Gogenola Goitia fueron capturados en esa ciudad tras permanecer ocho meses fugados de una macroperación policial contra la cantera de la banda.
En LA FRONTERA ALPINA
Las fuentes antiterroristas apuntan a la frontera italiana con Francia, concretamente en la zona de los Alpes, donde según recuerdan, son zonas de monte donde es difícil controlar sus movimientos. Precisamente, en esa región las Fuerzas de Seguridad galas desarticularon hasta tres zulos entre 2009 y 2010. Pese a todo, desde el Ministerio del Interior siempre se ha negado que la banda cuente con infraestructura estable en Italia.
Otro de los focos de atención se centran en el Reino Unido y en Irlanda. Además de la fuga del histórico terrorista José Ignacio de Juana Chaos a Irlanda -supuestamente con apoyo del Sinn Fein-, los expertos antiterroristas han detectado otras pistas relacionadas en esos países que les han hecho sospechar, como es la detención de miembros de ETA que contaban con libras esterlinas entre sus pertenencias o pasaportes irlandeses.
En ambas islas existen precedentes sobre la presencia de ETA. Uno de los más significativos de los últimos años fue el arresto en Cambridge (Inglaterra) del que había llegado a ser considerado como jefe militar de la organización criminal, Eneko Gogeaskoetxea. Llevaba una vida aparentemente normal en la clandestinidad junto a su familia en la localidad británica, tras abandonar las labores de dirección en Francia.
