Los sindicatos representados en Banco Ceiss (Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria) preparan una batería de movilizaciones que pondrán en marcha ante los posibles planes de la compañía de acometer un plan de cierre de oficinas y recortes de empleados y que tiene su primera cita con concentraciones de delegados y paros parciales entre enero y febrero. Los dirigentes sindicales advirtieron de que están dispuestos a convocar una huelga general indefinida entre los trabajadores dependiendo de los planes de la entidad.
Los escenarios laborales que se abren en el Banco Ceiss son varios. Por un lado, tanto Caja España-Duero como Unicaja han mostrado su interés en concluir un proceso de negociación para la integración de ambas entidades, una negociación que se sigue desarrollando con un nuevo planteamiento y de cuyo contrato saldrá adelante un plan social que determinará el número de oficinas y de empleados que se necesitan. Por ello, desde la entidad castellano y leonesa negaron que se pueda concretar aún el número de oficinas cerradas y despidos que se puedan producir.
Mientras esta negociación se produce, sobre Caja España-Duero pende el plan de reestructuración que aprobó la Comisión Europea y que pasaba porque el Gobierno, a través del FROB, se convirtiera en el primer accionista de la entidad que sería nacionalizada parcialmente. Las instituciones comunitarias obligan a Caja España-Duero a centrar su actividad en el territorio natural de Castilla y Léon, Extremadura y Madrid, lo que implicaría un ajuste en oficinas y trabajadores, una posibilidad que los sindicatos rechazan tajantemente.
En este sentido, tras mantener en Valladolid una reunión entre los responsables de sección de los sindicatos en la entidad, el secretario general de Csica-Ceiss y vicepresidente nacional de Csica, Luis José Rodríguez, detalló que los acuerdos se centran en mantener comunicados a los compañeros «de lo que acontezca y estén informados», a través de asambleas, así como concentraciones de delegados en Madrid, pero que también podrían alcanzar las sedes de Salamanca y León.
Durante estos días se recordará a los consejeros y directivos de que ellos son los «culpables de la situación» y, a medida que se acerquen los periodos de consulta, previstos para mediados y finales de febrero, se llevarán a cabo paros parciales y se podría convocar una huelga general indefinida «si no hay marcha atrás» en el plan social, que «por supuesto» rechazan los sindicatos. Por su parte, María Ordaz, de CCOO en Ceiss, apuntó la importancia de que colaboren los compañeros en las concentraciones y resaltó que las movilizaciones también están dirigidas a apoyar a los trabajadores de otras entidades financieras.
Varios medios de comunicación publicaron ayer que, en el caso de ser nacionalizada, Caja España-Duero contemplaría cerrar 93 oficinas en Castilla y León y 170 fuera de la región, lo que implicarcaría un recorte de la plantilla de 700 empleados, 344 de los servicios centrales en León y Salamanca.
