Las Fuerzas Armadas de Ucrania y las autoridades de la autoproclamada República Popular de Lugansk pactaron un alto el fuego a partir del próximo viernes, 5 de diciembre, según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que ejerció de mediadora.
El acuerdo, alcanzado a partir de una serie de reuniones a finales de noviembre, contempla una tregua inminente en la línea de separación entre las distintas partes y el inicio de la retirada del armamento pesado, según informó la agencia de noticias ucraniana UNIAN.
Las autoridades de Donetsk y el Estado Mayor de la Defensa ucraniana tenían prevista una reunión ayer para tratar de llegar a este mismo acuerdo, si bien los compromisos anteriores no se han traducido en el fin de los enfrentamientos sobre el terreno. En teoría, los dos bandos deberían haber interrumpido sus acciones armadas a partir de la tregua alcanzada en Minsk a principios de septiembre.
La ONU alertó la semana pasada que, desde el inicio del conflicto en abril, más de 4.300 personas habían perdido la vida. El número de heridos ronda ya los 10.000, según este balance.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, expresó ayer la “firme condena” de los aliados a la “constante desestabilización” de Rusia sobre Ucrania, al tiempo que instó a Moscú a “respetar” el alto el fuego y la elección de los ucranianos “por las democracias europeas”.
“La elección de los ucranianos de unirse a la familia de las democracias europeas está clara. Y debe de ser respetada”, declaró Stoltenberg en Bruselas, tras participar en la comisión Ucrania-OTAN que precedió a la reunión de ministros de Exteriores de la Alianza.
Stoltenberg condenó la “concentración” militar rusa no solo en la anexionada Crimea, sino también en el Mar Negro, una actividad que los aliados ven con “preocupación” y que se une al empeoramiento de la situación humanitaria en la región.
En un comunicado conjunto al término de la sesión, la OTAN y Ucrania reiteraron que la violación constante del alto el fuego por parte de los separatistas prorrusos y de la propia Rusia “minan la seguridad” de la exrepública soviética y están teniendo “graves implicaciones” en la región.
En este sentido, señalan el Protocolo de Minsk -el acuerdo que fija las condiciones del alto el fuego-, como “la vía hacia una solución política y duradera” a la crisis y llaman a Moscú a respetar dicho acuerdo, incluido en lo que se refiere a la retirada de sus tropas y equipos de suelo ucraniano.
Apoyo
Como parte del “apoyo político y práctico” que la OTAN expresó a favor de Kiev y del nuevo Gobierno surgido de las elecciones celebradas el pasado mes de octubre, los aliados confirmaron la puesta en marcha de cinco fondos fiduciarios para contribuir a la “modernización” de las fuerzas de defensa del país, con programas específicos con los que hacer estas fuerzas también “más transparentes y eficaces”.
